ESPAÑA

Convergència niega que haya pisado el freno de la independencia

El Gobierno catalán admite que mantiene contactos «discretos» con el Ejecutivo de Rajoy ante el recelo de Esquerra Republicana

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Ni frenazo ni mucho menos marcha atrás. A 48 horas de la celebración de la Diada nacional de Cataluña, en la que el independentismo volverá a hacer una nueva demostración de fuerza en la calle, Convergència Democrática de Catalunya trató ayer de exhibir músculo soberanista. La formación liderada por Artur Mas, coaligada con Unió en CiU, intentó lanzar un mensaje tranquilizador a su socio Esquerra y a los cientos de miles de personas que mañana clamarán por la independencia en una cadena humana que atravesará de sur a norte Cataluña, y afirmó que no se ha movido ni un milímetro en su hoja de ruta soberanista.

A pesar de las informaciones que apuntan a que el Gobierno central y la Generalitat se habrían comprometido a buscar una salida negociada a las demandas soberanistas, que pasaría por una solución intermedia, Convergència quiso aparecer en la vigilia del 11 de septiembre como la más firme defensora del derecho a decidir y del Estado propio catalán. En las vísperas de la Vía Catalana, rodeada de alto voltaje identitario, pero salpicada con todo tipo de rumorologías, Convergència cerró filas con sus compañeros de viaje de Esquerra y se esforzó en disipar cualquier atisbo de grieta en el bloque soberanista.

Aunque Mas fijó para 2016 la fecha máxima de las posibles elecciones plebiscitarias, siempre y cuando el Gobierno no permita la celebración de una consulta pactada o tolerada en 2014, desde la formación nacionalista negaron que la hoja de ruta soberanista del partido mayoritario en el Parlamento catalán pueda sufrir retrasos. Mas no lo explicó en las tres intervenciones que hizo la semana pasada, pero los dirigentes de Convergència aseguraron ayer que las elecciones plebiscitarias darían un mandato a un nuevo Parlamento que proclamaría de manera unilateral el Estado catalán en la siguiente legislatura.

El propio Mas reafirmó ayer por la noche que «tenemos una hoja de ruta bien trazada, la seguiremos y la cumpliremos». Durante la inauguración de un centro cultural en Barcelona, un espacio que recupera las ruinas de 1714, tras la lucha en Guerra de la Sucesión y el asedio de las tropas borbónicas apuntó que «jace 300 años nos vencieron, pero la derrota no fue definitiva». «Cataluña perseverará hasta conseguir ampliar su soberanía. El Siglo XXI será el que recuperaremos la plena libertad», añadió el presidente, que llegó a comparar la cadena humana convocada para mañana con la marcha de Martin Luther King sobre Washington.

Y es que los 'convergentes', que defienden un discurso soberanista muy próximo a Esquerra y que en más de una ocasión choca con el de Unió, tratan de mantener el pulso reivindicativo sobre el Gobierno y evitan los matices, como los que empleó Mas, que pudieran tener doble interpretación y que sirvieran de munición para debilitar la reivindicación de la cadena humana.

En cualquier caso, Convergència confirmó que la Generalitat y el Gobierno de Mariano Rajoy mantienen contactos «discretos». Los puentes entre ambos ejecutivos se han reestablecido y se apunta a que Madrid sopesa buscar una salida relacionada con la negociación de un nuevo sistema de financiación. Pero Convergència se mostró categórica: «La consulta es innegociable», no habrá trueque entre una cosa y otra. El mismo planteamiento que defiende desde hace un año.

Pregunta o preguntas

La otra posibilidad que se maneja como solución intermedia sería una consulta que incluyera tres preguntas sobre financiación, lengua y encaje de Cataluña y que habría sido propuesta por la parte catalana. También este extremo fue rechazado por la formación nacionalista, que exige una sola pregunta con dos respuestas, sí o no. Mas, la semana pasada, habló de «pregunta o preguntas», lo que encendió las alarmas en el mundo independentista. Especialmente en Esquerra, formación que apoya al Gobierno de Mas, pero que le aprieta fuerte y que hasta la fecha ha evitado criticar en público el supuesto frenazo de la Generalitat. El presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, insistió en su marcaje. Esquerra, que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, volvió a reclamar a Mas que fije cuanto antes la fecha y la pregunta de la consulta. Junqueras descartó las elecciones plebiscitarias en 2016, aunque saldría, sin duda, beneficiado de ellas y reiteró su apuesta por la consulta para 2014 con o sin acuerdo del Gobierno. «Confío y necesito confiar en el president», dijo.

Esquerra se niega a aceptar varias preguntas y su propuesta es inequívoca: «¿Quiere que Cataluña sea independiente?», o «¿Quiere que Cataluña tenga un Estado independiente?». Junqueras, que pese a todo no da por seguro que la Generalitat y La Moncloa hayan abierto una vía de diálogo sobre la consulta y que reclamó a Rajoy que responda ya a la carta de Mas, pidió al presidente catalán concreción en la pregunta. Es más, ofreció la entrada de su partido en el Gobierno de Cataluña en cuanto fije la consulta.

Desde la Asamblea Nacional de Cataluña, la entidad que impulsa la cadena humana, fueron más allá y exigieron a Mas que la fecha debería fijarse esta semana como respuesta a la demostración de fuerza de la Vía Catalana. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, recordó, sin embargo, a Mas que este extremo sería «un escollo» en la negociación con Rajoy.