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PAN Y CIRCO

GOL OLÍMPICO

DANIEL GUTIÉRREZ
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No sé si se ha enterado, pero Madrid se queda sin Juegos Olímpicos. Sí, otra vez. Hicimos tanto énfasis en que no había dos sin tres para que la selección española de fútbol completara el histórico ciclo de Eurocopa + Mundial + Eurocopa, e insistimos con la selección de baloncesto con el lema para seguir en Eslovenia la dinámica establecida en los Eurobasket de Polonia 2009 y Lituania 2011 que los miembros del COI se han tomado la petición al pie de la letra y al fracaso de 2012 y 2016 se suma el 'palo' de 2020.

No me alegro de la decisión, más aún después de ver a gente anónima cariacontecida o deportistas de disciplinas minoritarias llorar ante la que se presuponía su gran oportunidad para seguir haciendo lo que más desean en tiempos de crisis. Ahora todo se complica, menos para los que posiblemente han sido los culpables de que a Madrid no le den la sede olímpica y por los únicos que puedo llegar a esbozar una medio sonrisa.

Muchos han quedado en evidencia. Otra vez. No basta con vender que más del 90% de los españoles apoyan la candidatura de #Madrid2020, ni con jactarse de que se tiene el apoyo de más de las mitad de los miembros del COI a falta de 72 horas. La realidad puede dejarte en evidencia. Los votos y las reacciones están ahí. El apoyo que se vende es el que se ha comprado. Y las candidaturas olímpicas, como la mujer del César, no solo deben ser honradas, sino además deben parecerlo. Igual que el espíritu olímpico, el cual hay que mantener por encima del resultado para no hablar de mafias y cimentar tus argumentos en zafios insultos impropios de una sociedad que aspira a hacer de anfitrión del mayor ejemplo deportivo de la globalización.

Quizá ahí radica el quid de la cuestión, la base del fracaso. Nos creemos más de lo que somos y ni comprobamos cómo nos perciben desde ese mundo globalizado. Criticamos la envidia gala o la soberbia alemana y quizá es el momento de rebajar dosis de ambos pecados capitales en nuestra personalidad. Igual así logramos detener el próximo gol olímpico. si nos atrevemos a lanzar a portería.