Rubalcaba da por cerrada la crisis interna del PSOE
La llegada de Susana Díaz a la presidencia de la Junta y la marcha temporal de Chacón abren un periodo de estabilidad en el partido
MADRID.Actualizado:La máxima de que «al final, la vida es resistir» ha dejado de ser exclusiva del hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La actual dirección del PSOE, encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba, también la ha puesto en práctica. Y sin complejos. «Nuestra idea era aguantar -admite un miembro destacado de la ejecutiva- y ha funcionado; ahora tenemos razones para pensar que hay posibilidades de ganar unas elecciones». Tras un año difícil, tanto en clave interna como externa, el actual equipo de Ferraz se ve fuerte. Suficientemente, al menos, como para mantener el timón hasta las elecciones europeas del próximo mes de mayo. «Lo peor ya ha pasado para el PSOE», afirman.
Nada hacía pensar, antes del verano, en semejante estado de ánimo. El repentino adiós del presidente de la Junta de Andalucía, y referente indudable para un amplio sector del partido, José Antonio Griñán, se leyó en muchos ámbitos como un órdago para Rubalcaba. «Cualquier oficio envejece si no hay savia nueva», dijo al anunciar su futura renuncia el 26 de junio. Él, que se había convertido en el principal soporte del secretario general para frenar el debate sobre la renovación del liderazgo interno, cedía el testigo a la dama de hierro del socialismo andaluz. Las relaciones entre Susana Díaz y la cúpula del PSOE no habían sido hasta entonces idílicas, y su ascenso abría un camino de incertidumbre.
«Lo de Andalucía se ha cerrado muy bien», dicen ahora en la dirección federal. En realidad sostienen que ya llevaban tiempo trabajando de manera engrasada tanto con la hoy presidenta de la Junta como con el vicesecretario del PSOE andaluz, Mario Jiménez. Pero aun así existía un enfrentamiento soterrado que ahora parece resuelto. Susana Díaz ha buscado la paz interna y la reconciliación con el 'chavismo', que mantenía sólidos reductos de poder en Jaén y Cádiz, y eso ha servido para restañar también heridas abiertas en la batalla del 38 Congreso entre partidarios de Carme Chacón (capitaneados por ella) y Alfredo Pérez Rubalcaba (con la antigua mano derecha de Manuel Chaves y ahora secretario de Política Municipal del PSOE, Gaspar Zarrías, a la cabeza). La actitud de la nueva baronesa socialista abre un escenario de relativa tranquilidad interna. Nadie más podría, aunque quisiera, desestabilizar a Rubalcaba que, no obstante, ha visto cómo en los últimos meses algunos de sus más importantes apoyos en 2011 -como el castellano-manchego, Emiliano García-Page y el extremeño Guillermo Fernández Vara- se sumaban al discurso del relevo generacional. «Ahora el PSOE tiene una oportunidad y tiene que aprovecharla», defienden en Ferraz, convencidos de que ya nada torcerá su hoja de ruta.
Victoria parcial
La decisión de Carme Chacón de quitarse de en medio, aunque sea con la promesa de volver para participar en las próximas elecciones primarias, se lee también en el equipo de Rubalcaba como una victoria. «Es el reconocimiento -alegan- de que el calendario de la ejecutiva federal funciona». A eso se suma la satisfacción, incluso entre los sectores más críticos, con la estrategia desplegada este verano por el secretario general para forzar la comparecencia de Rajoy en el Congreso por el 'caso Bárcenas'.
Hay además otra pieza que se ha logrado encajar mejor de lo esperado. Este sábado fue elegido como futuro secretario general del PSdG el presidente de la diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro, a quien en Ferraz tienen en alta consideración. Su designación permitirá pasar página de las tensiones vividas con los socialistas gallegos, y en concreto con su aún líder formal, Pachi Vázquez, a cuenta de una fórmula de elección que finalmente la dirección federal ha tolerado, la de la consulta a la militancia.
Con las encuestas del CIS en la mano, el optimismo de los dirigentes del PSOE puede resultar aun así exagerado. El último barómetro, el del mes de julio, reflejaba una caída de un punto y medio en voto estimado respecto a las generales de noviembre de 2011. Pero el desgaste del PP, que aún sigue por encima, es mucho mayor y la evolución del voto directo (sin tener en cuenta los factores de corrección que aplica el centro sociológico) les favorece: desde el último trimestre de 2012 los socialistas están por delante de los populares aunque ambos pierdan fuelle frente a IU y UPyD.
El escenario de leve recuperación económica también ha sido recibido con satisfacción, además, en el primer partido de la oposición. Saben que nadie va a volver los ojos hacia el PSOE para que solucione una crisis que no supo atajar en su momento, pero confían en que acudan a él como salvaguarda del Estado de bienestar cuando las cosas se hayan estabilizado. Eso y los sondeos que manejan algunas federaciones, entre ellas la andaluza, alimentan su esperanza. Aunque sea, como le pasó a Rajoy, por demérito del contrincante más que por mérito propio.
Los objetivos fijados en la primera ejecutiva tras el descanso estival son claros: primero la Conferencia Política de noviembre, después algo que, hasta hace poco se admitía como imposible, ganar las europeas.