fútbol

El Palmar nunca pierde su magia

Un gol del ariete Carlos Fernández en el tiempo de prolongación completa la remontada de un impreciso Sanluqueño ante el Melilla

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A base de sufrimiento, tesón y en el último suspiro llegó la primera victoria del Atlético Sanluqueño en la competición liguera. Un triunfo vital para ver el panorama de otra manera, con otros aires, pero sin dejar la realidad a un lado. Y es que, aunque vencer al Melilla sobre la bocina sabe a gloria, mucho tiene que mejorar el equipo verdiblanco para no pasar demasiados apuros esta temporada.

Llegaba la escuadra dirigida por Carlos Ríos como colista a la cita matinal ante el equipo melillense y los tres puntos se antojaban fundamentales para tomar un poco de aire. Después de varias semanas de sobresaltos y con la plantilla recién completada con la llegada de las últimas incorporaciones, tocaba una nueva oportunidad para hacer del Palmar ese fortín que tantos puntos ha dado en los últimos años.

Y con esa intención salió el Sanluqueño al tapete. Primera incursión por la banda y primera amarilla para los pupilos de Juan Moya. Pero el panorama se empezó a torcer con el paso de los minutos, ya que los locales no terminaban de controlar el juego en la medular y la descoordinación en la zaga era visible. Así llegaron las primera ocasiones del Melilla, aunque David Vázquez (7’) y Sufian (22’) cruzaron en exceso el esférico ante la salida de Ramón. También el central Fran Miranda tuvo su momento de gloria, pero su chut se estrelló en el lateral de la red (21’).

El Sanluqueño, con intentos de Robert, el argentino Villafañe y Miguelito, también se dejó notar por el área norteafricana, pero llegó la expulsión del técnico local Carlos Ríos en el minuto 17 y el empuje verdiblanco fue decreciendo.

Y en esas, el local Dani se dejaba la piel para salvar las acometidas visitantes y, al mismo tiempo, buscar la sorpresa en el marco de Munir. El capitán, todo pundonor, sacaba la casta para subsanar los errores de la zaga, al tiempo que se dejaba notar en los saques de esquina de su equipo para intentar la machada. Y casi lo logra, pues en uno de sus intentos se pidió mano de la zaga melillense (38’).

Hasta que llegó el jarro de agua fría. Transcurría el minuto 41 cuando David Vázquez cedió el cuero a Migue Martos y el ariete, con absoluta tranquilidad, asistió al eterno Chota, que puso el esférico lejos del alcance de Ramón. El enésimo despiste salió caro.

Penalti y expulsión

Lejos de lo esperado, el paso por el descanso no reactivó a los sanluqueños. Imprecisos en el pase y sin mordiente, los pupilos de Carlos Ríos deambulaban sobre el césped ante un Melilla que tenía controlada la situación. Por eso, los cambios locales no tardaron demasiado en llegar. Tal es así que en un cuarto de hora ya habían salido Diego Ramírez, Abel y Carlos Fernández por Villafañe, Belligni y Polaco.

El Sanluqueño, ya liderado por Diego Ramírez, comenzó a tocar, aunque fue en una jugada aislada cuando todo cambió. Era el minuto 71 cuando Carlos Fernández recogió el balón tras una incorporación de Mendoza. A continuación, Pedro Bolaños tocó el cuero con la mano y el colegiado señaló el punto de penalti. Segunda amarilla y expulsión. Óscar Silva no falló y colocó la pelota lejos del alcance de Munir. Tablas en el marcador, paso atrás del Melilla y nueva historia.

El público apretó pero las ocasiones no terminaban de llegar. Es más, Ramón tuvo que salir a los pies de Manolo en una ocasión. Hasta que la euforia se desató en el coliseo verdiblanco. El visitante Pepe se quejaba al otro lado del campo y Carlos Fernández, que se quedó dos veces a un paso de la gloria, conectó un buen cabezazo tras un centro medido de Óscar Silva. La remontada se completó y los primeros puntos ya eran una realidad. El Palmar no pierde su encanto.