Susana Díaz prepara un Gobierno limpio de relacionados con los ERE
La presidenta de la Junta de Andalucía se proclama heredera de Zapatero y toma la bandera de la lucha por la igualdad y la regeneración política
SEVILLA. Actualizado: GuardarLa flamante presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, juró ayer su cargo y en las próximas horas iniciará los contactos para conformar su nuevo ejecutivo. Un gobierno del que apenas ha trascendido nada, salvo su intención de no contar con nadie salpicado aunque sea de lejos por los escándalos de corrupción como el de los ERE y que habrá paridad absoluta entre los consejeros socialistas. De hecho, en su discurso tras asumir el cargo quiso dedicar unas emocionadas palabras a José Luis Rodriguez Zapatero, de quien dijo sentirse «heredera» y a quien, aseguró, el tiempo «reconocerá su lucha por la igualdad».
La de ayer en el Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz, fue la más multitudinaria de las tomas de posesión de los últimos tiempos, con hasta 600 invitados que quisieron felicitar a la primera mujer presidenta de la comunidad. Entre ellos, todos los expresidentes autonómicos -Rafael Escuredo, José Luis Rodriguez de la Borbolla, Manuel Chaves y José Antonio Griñán-, el expresidente Rodríguez Zapatero y varios miembros de la actual dirección socialista, como Alfredo Pérez Rubalcaba o la secretaria de Política Social Trinidad Jimenez, así como el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Como ausencias destacadas, la de Carme Chacón, a quien ella apoyó explícitamente en el pasado congreso extraordinario y que ahora reside en Miami, o el expresidente del Gobierno Felipe González, que al igual que Borbolla cuestionó el proceso de primarias que aupó la presidenta tras la renuncia de Griñán.
En su intervención, Díaz resaltó que «se dejará la piel» para crear empleo y «mantener las conquistas sociales», una bandera que ya enarboló su antecesor al defender a Andalucía como campo de pruebas de una manera distinta de hacer política contra la crisis y una alternativa a las fórmulas del PP. La presidenta ya adelantó en el debate de investidura que educación, sanidad y dependencia serán pilares básicos de los próximos presupuestos, e incluyó propuestas históricas de IU en un guiño a sus socios de gobierno, que le garantizaron estabilidad y lealtad a sus políticas de izquierda.
También aseguró ser consciente de que tiene que «gobernar para todos los andaluces», y que su tarea será «buscar aquello que nos une, y no lo que nos divide», con la mente puesta además en intentar recuperar el prestigio de la política para que «los ciudadanos nos vean y se sientan representados».
Díaz enfatizó que Andalucía asumirá su «papel importante» en el contexto de España y aseguró que gobernará «oyendo a todo el mundo», con «ventanas abiertas» también a la oposición, y «reconociendo errores».
Pero el tema de conversación en todos los corrillos era sin duda la composición del nuevo Ejecutivo. La presidenta aseguró que no será hasta hoy cuando empezará a contactar con los consejeros, tanto con los que se quedan como con los que salen, y llamará a los sustitutos. IU seguirá contando con tres carteras: Turismo, Fomento y Administración Local y Relaciones Institucionales, esta última ostentada por el vicepresidente Diego Valderas, que si acaso vería aumentadas algunas de sus competencias.
Cambio generacional y más
En este sentido, fuentes socialistas señalan que Díaz se propone «revolucionar» el Ejecutivo para confirmar ese mensaje de «nuevos tiempos» y cambio generacional que dice representar, lo que se traduciría en la salida de la mayor parte de los consejeros nombrados por Griñán. Los que más clara tienen su salida, y así lo han evidenciado, son el consejero de Agricultura, Luis Planas, que disputó las primarias y anunció su dimisión al tiempo que Griñán, y los responsables del equipo económico. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, fue número dos del expresidente cuando se produjo el fraude de los ERE, y reconoció que supo de los informes de Intervención aunque no los transmitió a su superior.
También el actual consejero de Economía, Antonio Ávila Cano, formó parte en esa época de Hacienda, y está salpicado indirectamente por otros casos de irregularidades. Algunas fuentes apuntan a que la presidenta estaría sopesando unir ambas carteras y poner al frente a algún cuadro socialista de fuera de la región.
La idea es retocar la estructura del ejecutivo pero de forma que no dificulte el rodaje y se pueda empezar a trabajar de inmediato, como le han pedido desde IU. Además ha trascendido que la presidenta no va a responder a las «presiones» de las agrupaciones provinciales para que se les recompense su apoyo en las primarias. Y es que provincias como Almería, Cádiz o Granada carecen de representación en el Gobierno.
Sin embargo, las fuentes consultadas señalan que el agradecimiento se producirá a nivel orgánico en el próximo congreso extraordinario del PSOE-A, donde Díaz asumirá también la secretaria general. Sí podrían entrar representantes de las agrupaciones donde ha habido mayor movimiento crítico y que ahora han cerrado filas en torno a la presidenta. Los nombres, en cualquier caso, serán trasladados a la Ejecutiva del partido el próximo lunes para que tomen posesión al día siguiente.