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ANDALUCÍA

JAQUE MATE EN MULTIPARTIDAS

Concluye la 'operación salida' de Griñán con todos los objetivos cumplidos y comienza con signos visibles el 'nuevo tiempo nuevo'

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En cierto rincón del patio de honores del Parlamento andaluz se escapó ayer un inaudible «jaque mate». Con la jura de Susana Díaz termina la partida múltiple del relevo en la Junta de Andalucía y del tácito cambio de liderazgo en el PSOE andaluz, que se ha jugado en diversos tableros durante meses. Posiblemente empezó antes de las andaluzas de 2012, cuando el 'núcleo duro' comenzaba a gestar el día después de una derrota electoral que no se produjo. Tras el 25M cambiaron las piezas y todo se hizo más complejo. Primero, elegir sucesor, después formarlo, a continuación preparar el terreno interno, ver las jugadas y calcular las del contrario. Una partida múltiple, huelga decirlo, desarrollada bajo 'fuego amigo' y con un calculado manejo de los tiempos para no despertar al enemigo. Así, cuando saltó la sorpresa del abandono del presidente Griñán, precipitada para evitar que Ferraz le impusiese su fórmula de transición, todo estaba programado -las alianzas internas, las primarias express-, todas las combinaciones estudiadas y de su minuciosidad da fe que se ha cumplido el guión sin cambios. Los 'karpov' de esta historia pueden estar satisfechos.

Ha llegado, pues el relevo. Se notaba en el ambiente del hospital de las Cinco Llagas. Entre la marabunta de personal, más de 600 asistentes, se veía a Chaves desubicado, bastante solo. Zarrías, en cambio, confraternizaba con todos, como diciendo «he vuelto». Los del 'politburó', el aparato de Ferraz (Oscar López, Hernando, el propio Rubalcaba) miraban como tras los cristales de una fiesta. Hablaban de las primarias gallegas, de si Artur Mas va a convocar la consulta. El PSOE-A hace valer su fuerza ante Madrid ahora más aún, cuando ha hecho una transición sin tutelas. A los federales no les queda otra que elogiar el cambio y a la presidenta. Incluso aplaudir el homenaje que Susana Díaz hizo a Zapatero, invitado estrella al acto, a quien ya reivindicó el 'griñanismo' hace meses.

Mucho ha cambiado las cosas en el socialismo andaluz, aunque no lo parezca. Precisamente ayer se celebraba la romería de Alcalá de los Gazules. Años atrás no se podía acceder al pueblo por la cantidad de coches oficiales aparcados en los aledaños. ¿Quién se acuerda? Tanto han sido sustituidos los mitos que ayer Díaz recordó a un compañero fallecido y no fue Alfonso Perales, sino Marcos Agüera, alcalde de La Algaba, que fue amigo suyo y murió hace tres años.

¿Tocará ahora hacer cola en la Velá de Santa Ana, aficionarse a sus avellanas verdes? No debe.

La perspectiva que logré desde el hueco que pude conseguir para seguir el acto en el atiborrado salón -sobre el soporte de una cámara en una puerta- era también significativa de que «el nuevo tiempo nuevo» ha llegado: los cuatro expresidentes andaluces ofrecían su perfil alineado. Patricial Escuredo, ya en la historia; sofocado Borbolla, rebelado porque cree que ha sido olvidado; hierático Chaves, que no cruzó una palabra con Griñán, que estaba a su lado; emocionado hasta vérsele alguna lágrima el ya expresidente.

Pero unos puestos más allá, desbordaba la vida. La familia de la presidenta seguía el acto en el córner, entre un revuelo de niños, con el padre, fontanero municipal, delante; la madre a su lado, el marido detrás, las hermanas, los sobrinos. Mucho Triana pura también se desperdigaba por el salón y, pese al protocolo, hubo un grito de «Ole ahí» cuando juró el cargo y otro de «Vamos las mujeres guapas» en el discurso. De los cientos de besos que Susana Díaz repartió ayer, los que dio a los suyos fueron los más apretados.

La nueva presidenta debe abrir ahora su propia multipartida. El primer tablero, el del gobierno, tendrá que contentar a mucha gente. La inquietud se palpaba en los patios del Parlamento. Por los mentideros sevillanos circula un video de un mariachi, Charrito Negro, que susurra «Elígeme». Muchos no se separarán de sus móviles en todo el día, por si llaman de San Telmo. Los demás, por si nos enteramos de algo.