La UE, dividida, pide diálogo y espera acontecimientos
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa Unión Europea quiere ganar tiempo y maquillar en la medida de lo posible la imagen de división que pueda derivarse de un posible apoyo de Francia a Estados Unidos en lo que parece ser una inminente intervención militar en Siria. Así lo dejó entrever el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, al asegurar que mientras el Congreso norteamericano no se pronuncie sobre la posibilidad de lanzar un ataque para castigar al régimen de Bashar el-Asad no se puede promover «ninguna iniciativa». «Tenemos que esperar. Esto es una cuestión abierta hoy y mientras no tengamos una respuesta no podemos actuar», recalcó desde San Petersburgo en el transcurso de la cumbre del G20. Allí, confesó, se ha trabajado para que las cinco economías europeas presentes en el foro -Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España- acordaran una postura común, algo que parece haberse logrado aunque no trascendieron detalles de la negociación.
Sí se espera, por otra parte, que la Comisión Europea emita una declaración de cierto consenso tras la reunión que los ministros de Exteriores de los 27 están celebrando desde hoy en Vilna, capital de Lituania, país que ostenta este semestre la capitalidad comunitaria. Mañana, además, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, se reunirá con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, para conocer las últimas decisiones de la Administración Obama e intentar 'convencerle' de que el ataque no es la mejor solución para solucionar el conflicto sirio, que ha dejado ya más de dos millones de evacuados.
«Mi mensaje constante es que tenemos que llegar al punto importante en el que la gente se siente alrededor de la mesa y para ello hay que utilizar toda la presión política que podamos. No puede ser un objetivo a largo plazo tiene que ser un objetivo que alcancemos ahora, de forma urgente, algo que no es ni mucho menos fácil», incidió.
Por otra parte, desveló que en las últimas semanas ha hablado por teléfono en tres ocasiones con el ministro de Exteriores iraní para trasladarle esta idea. «El ministro pidió hablar conmigo no mucho después del 21 de agosto, el día del ataque. Cogí la llamada y discutí con él. Ellos tienen otra opinión sobre de dónde ha venido todo esto pero no creo que discutan el hecho de que hubo un ataque», confesó.