El G20 cree que la reactivación es «débil» y reclama empujar el empleo
«Estamos acabando con la crisis», declara Barack Obama, el líder mundial más optimista en la cumbre
SAN PETERSBURGO.Actualizado:En medio de una atmósfera de cautela ante la perspectiva de recuperación de la economía global, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró ayer en San Petersburgo que «estamos acabando con la crisis». La declaración final de la cumbre del G20, sin embargo, es menos triunfalista y alerta sobre el hecho de que «la reactivación es muy débil y persisten los riesgos». Tras dos días reunidos en San Petersburgo, los jefes de Estado y de Gobierno del G20 finalizaron su cumbre anual con un mensaje agridulce sobre la crisis, pero consensuando aspectos que tendrán una incidencia positiva a corto y medio plazo en la coordinación de las políticas económicas de los principales países del mundo.
«Esta cumbre marca otro hito en la recuperación económica mundial; por primera vez nos centramos en construir sobre los progresos conseguidos», enfatizó Obama en rueda de prensa. Se refirió en particular a los avances de su país en la creación de empleo y en la corrección de los desequilibrios fiscales, y remarcó que «se ha dejado de hablar de recesión en Europa mientras Estados Unidos se fortalece». En alusión a la posibilidad de elevar el techo de deuda, el jefe de la Casa Blanca señaló que su país «no puede arriesgarse a la incertidumbre de impago». En este sentido, declaró que «la recuperación de la economía de EE UU contribuye a la recuperación global y eso es bueno para todos». Además, se mostró dispuesto a disipar los temores de los países emergentes, preocupados por la política monetaria de Washington, y apuntó hacia el «desempleo» como el principal problema de la Unión Europea.
Por otro lado, en el texto de la Declaración de San Petersburgo, documento final de la cumbre, se expresa la preocupación de los líderes del G20 por la ralentización del crecimiento económico en los países emergentes, con «mercados en proceso de formación», en referencia principalmente a China, Brasil, India y China. Como ya venía anunciando el presidente Vladímir Putin desde que su país asumió la presidencia del G20, en diciembre del año pasado, el afán por impulsar el crecimiento y el empleo constituye la tarea fundamental en el momento actual de este club de países. «Nos comprometemos a emprender decididas acciones para recuperar la vía de un crecimiento seguro, sólido y equilibrado, productivo desde el punto de vista de la creación de puestos de trabajo», se enuncia en la declaración.
Su texto hace referencia especial a la UE al subrayar que la unión bancaria de los Veintiocho contribuirá a consolidar mucho más su unión monetaria y económica. La Unión Europea es también la promotora de otra iniciativa recogida en el documento, relativa al intercambio de información fiscal para luchar contra el fraude. La propuesta será presentada en febrero del año que viene a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En la antigua capital imperial rusa se ha acordado también prorrogar hasta 2016 el rechazo al proteccionismo en el comercio mundial. Así mismo, la declaración final advierte de que la volatilidad de los flujos de capitales sigue siendo todavía uno principales desafíos a los que se enfrenta la economía mundial. E insiste en evitar competir en el mercado de divisas con la devaluación de las monedas nacionales, de forma que las cotizaciones se regulen por el mercado y no mediante la injerencia de los bancos centrales.
«Mucho por hacer»
El compromiso de concluir para 2014 la reforma de las cuotas aportadas al Fondo Monetario Internacional (FMI), de manera que los países emergentes obtengan una mayor influencia en las decisiones globales de índole económica, ha tenido también su reflejo en el documento. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo ayer en el marco de la cumbre que «las acciones coordinadas han hecho mucho por la estabilización de la economía mundial y del sistema financiero, aunque, tal como reconocen los líderes del G20, aún queda mucho por hacer». Llamó la atención sobre la circunstancia de que «mientras algunas economías avanzadas comienzan a ganar fuerza en su recuperación, otras emergentes están ralentizándose».
El G20 apoya además la convención de la ONU contra la corrupción, mientras que los sindicatos han propuesto la creación de un impuesto sobre transacciones financieras. Sin embargo, los empresarios del Business 20 (B20) solicitaron a los líderes políticos que rechacen endurecer la regulación financiera hasta que se analicen los resultados de las medidas que ya se han tomado en este ámbito.