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La mitad de los españoles han dejado los estudios antes de los 18 años
Solo Turquía, México, Portugal e Italia tienen una tasa de abandono similar en el nivel educativo, según un informe de la OCDE
MADRID. Actualizado: GuardarDurante muchos años, la frontera para los estudios obligatorios en España se situó en los 14 años. En los noventa, llegó la Logse y esa edad mínima de aprendizaje obligatorio para los jóvenes españoles subió a los 16 años. La Lomce lo mantuvo en los mismos términos, en sendos intentos de que los chavales siguieran estudiando. Pero para muchos, su único deseo sigue siendo colgar en el armario el traje académico y enfundarse el de trabajador. Tan fuerte es esta atracción de acceder al mundo laboral que solo la mitad de los adolescentes deciden continuar con estudios superiores, ya sea en un grado medio de Formación Profesional o en una carrera universitaria.
Así ha sido durante unas décadas en las que España ha permanecido como uno de los cinco países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -los otros cuatro son Italia, México, Turquía y Portugal- que mantiene unos niveles tan bajos de personas con estudios superiores. De esta manera, solo un 54% de los adultos entre 25 y 64 años han completado estudios superiores a los obligatorios.
Una situación que se ha dado por unas circunstancias económicas muy diferentes. La gran mayoría de las personas con más edad tuvieron que dejar los libros para poder echar una mano en casa y aportar un granito de arena a la economía familiar como aprendices, para luego ir creciendo profesionalmente. Y los más jóvenes son, en gran parte, 'víctimas' del último 'boom' económico que ha vivido España ligado a la expansión inmobiliaria. La facilidad de conseguir un puesto de trabajo en la construcción, el gran sector en estos últimos años, provocó que muchos jóvenes vieran la posibilidad a los 16 o a los 18 de años de sumergirse en el mundo laboral abandonando los estudios.
Una situación que, sin embargo, en los últimos años, desde el inicio de la crisis, se ha ido invirtiendo poco a poco. Según el informe 'Panorama de la educación 2013. Indicadores de la OCDE', la calidad de los niveles educativos en España y la necesidad de encontrar un oasis ante el panorama laboral están provocando un cambio de tendencia cuyos primeros resultados ya se están viendo y que se reflejarán en estudios posteriores.
Más formación, menos paro
El porcentaje de jóvenes que en los últimos años siguen estudiando después de terminar la educación obligatoria ha crecido en las aulas españolas a un ritmo más alto que la media del resto de los países de la organización. Así, el número de bachilleres ha pasado del 81% en 2008 al 86% en 2011 en España; y el de los matriculados en estudios terciarios (carreras universitarias o doctorados) ha subido cinco puntos, del 21 al 26%.
En cambio, en la OCDE, el sector entre los 15 y los 19 años ha pasado del 81 al 84% y los del terciario solo han subido tres puntos (del 25 al 28%). Estos incrementos se resumen en una estancia media de un año más en las aulas que en 2008. Otro de los aspectos que analiza el informe de la OCDE es la vinculación entre el nivel de estudios y el trabajo. El documento asegura que el paro incide más en las personas con menos estudios. La diferencia en las tasas de desempleo entre los adultos con los niveles más bajos y más altos es «particularmente importante» en España, Estonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia, con más de 15 puntos de diferencia. Mientras que en 2011 se alcanzó una tasa de paro del 26,4% entre los que terminaron la ESO, los universitarios solo tenían una tasa del 11,6%. No obstante, este porcentaje es siete puntos mayor que el de la media de la OCDE. Por su parte, entre los jóvenes con menos estudios, la diferencia es de 14 puntos.
La diferencia académica también tiene una traducción económica. Los adultos que han completado la educación terciaria ganan un 40% más que los que tienen una educación inferior, lo que supone 17 puntos menos que en la media de los países de la organización. Sin embargo, España es uno de los países donde la brecha salarial entre las universitarias y las mujeres que han terminado el Bachillerato es mayor: un 57%. En cambio, esta diferencia entre hombres es del 33%. También hay abismos económicos por tramos educativos: las bachilleres ganan un 79% de lo que ingresan ellos y las universitarias, un 76%.