Rajoy, tras los elogios del G20: «Debo ser prudente»

Mariano Rajoy abandona San Petesburgo "satisfecho" por los elogios que ha cosechado su política económica en el G20 y, sobre todo, porque el grupo de países más influyentes del mundo ya no considera a España un problema para la economía internacional, según consta en las conclusiones de este foro.

"Debo ser prundente", ha respondido el presidente español cuando se le ha preguntado sobre cuándo comenzarán a notar los ciudadanos esta mejoría en los datos macroeconómicos que han alabado líderes como Barack Obama o Vladimir Putin. Rajoy ha asegurado que incidirá en sus políticas de corrección de desequilibrios, pese a que algunas de sus medidas "hayan convertido al Gobierno en antipático" a los ojos de muchos ciudadanos.

El jefe del Ejecutivo ha incidido en que "aún no se pueden echar las campanas al vuelo" y ha rehusado fijar una fecha para la recuperación de la economía real, la que más notan familias y pequeños y medianos empresarios. Se ha limitado a comentar que este 2013, en el que se han superado los "pésimos momentos" del año anterior -el país estuvo al borde del colapso económico-, será "peor" que 2014.

"Ya estamos viendo datos alentadores, como el mejor agosto en paro registrado desde el año 2000 y eso nos permite ver las cosas con una cierta esperanza", ha declamado. El presidente, sin embargo, fiel a esa ambigüedad calculada, ha acotado que "no es para tirar cohetes, pero eso nos reafirma en que vamos en la buena dirección".

Sobre Bárcenas

Lo que sí ha dejado claro Rajoy es que piensa cumplir a rajatabla la promesa que hizo a la cúpula de su partido en el pasado comité ejecutivo nacional del PP: no piensa volver a responder preguntas sobre Bárcenas. "Ya dije todo lo que tenía que decir en relación a ese asunto en la sede de la soberanía nacional el pasado 1 de agosto", ha zanjado cada vez que se le ha interpelado por este asunto.

Rajoy ha declinado valorar la trascripción oficial de la declaración de María Dolores de Cospedal ante el juez Ruz, en la que le señala como responsable último del elevado finiquito que recibió el extesorero a cambio de abandonar el partido. "Efectivamente, en este G20 no se ha debatido este asunto (en alusión a Bárcenas) y no ha suscitado el mayor interés", ha ironizado el jefe del Ejecutivo.