Así es el palacete de Pedralbes de puertas adentro

Todos hemos oído hablar del palacete de Pedralbes. Y mucho. De lo que costó en su día (5,8 millones de euros), de lo que se invirtió en su reforma (2,9 millones de euros), del embargo que pesa sobre ella por “el comportamiento no ejemplar” de Iñaki Urdangarin, de las condiciones de la hipoteca que le facilitó La Caixa y de que está en venta. Pero nunca antes, hasta ahora, habíamos visto algo más que el garaje y los muros de la mansión de los Urdangarin-Borbón. Y es hasta ahora porque, gracias a una inmobiliaria de lujo (rusa, para más señas), la infanta Cristina y su marido nos han dejado colarnos dentro. ¿Y qué se descubre? Lo que uno se puede imaginar: un caserón en toda regla. Vamos, un palacete. El salón mide 120 metros cuadrados; con eso, queda dicho todo, en una superficie construida que supera los mil metros. Claro que el jardín, de 2.200 metros, también tiene lo suyo y da valor, y mucho, a la casa que hoy tiene puesto el cartel de se vende.

No es la primera vez, dígase de paso. Cuando la familia al completo se trasladó a vivir a Washington, cuando comenzaron los problemas judiciales del patriarca, La Caixa negoció su venta y colocó (literal) un cartel en los muros del palacete. No se especificó entonces el precio. Se habló de 8 millones, también de 6. En uno y otro caso, los duques de Palma perderían dinero, dado que la suma de la compra y la reforma fue de nueve millones. Pues bien, ahora sí, ahora se sabe que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin piden por el que ha sido su hogar los últimos años 9,8 millones. ¿Y qué se ofrece a cambio? Pues, además de lo evidente, que se puede ver en las fotos que acompañan esta información, tres plazas de garaje, siete habitaciones, diez baños, chimenea, piscina privada, bodega, calefacción por suelo radiante (de Gas Natural, por cierto) y aire acondicionado. Anuncia la inmobiliaria rusa en cuestión (BarcelonaRent.info) que la casa, de cuatro plantas, está situada “en una zona tranquila y exclusiva de Barcelona-Pedralbes en una colina con una vista panorámica de toda la ciudad. Esta es una zona muy aislada, que permite la máxima confidencialidad en circunstancias excepcionales”.

La casa, como se recoge en la información facilitada por la inmobiliaria, cuenta con un área de 70 metros para sirvientes y un centro de seguridad, con oficina y baño. Eso en la planta baja, junto al garaje. Existe también una casa de invitados, con habitación en suite. Y en el edificio principal, dos salones de 120 metros cuadrados cada uno, en planta baja y tercera planta, así como otra sala de estar en la segunda planta, de 50 metros. Y dormitorios, muchos dormitorios y baños. Y todo esto, en perfecto estado, cuesta, ya lo saben, 9,8 millones de euros. No se especifica si son negociables. Se supone que sí.