Sociedad

Dalí, a un suspiro de Picasso

Solo una muestra sobre el genio malagueño del Prado y el Reina Sofía en 2006 supera a la recién clausuradaLa pinacoteca madrileña acogió una media de 6.657 personas diarias durante los cuatro meses que duró la exposición

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los últimos rezagados eran despedidos con amabilidad por parte de los trabajadores, cansados después de unos días de mucho trajín. Bendito problema. Las puertas de su lugar de trabajo, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, cerraban a las once de la noche del lunes para poner el punto y final a cuatro meses en los que esta pinacoteca madrileña ha sido el centro de la milla del arte de la capital, quitándole protagonismo a sus otras compañeras. Solo faltaba saber la traducción en una cifra concreta de las largas colas que han serpenteado la plaza del museo durante todos estos últimos días y bajo un sol de justicia. Y ese número mágico se tradujo, después de contar las últimas entradas, en 732.339 personas. Récord absoluto de esta pinacoteca española, superando en casi 350.000 visitantes a la retrospectiva sobre Juan Muñoz que se expuso hace cuatro años. Esto quiere decir que desde el 27 de abril y hasta el 2 de septiembre, el centro nacional de arte acogió a 6.657 personas de media cada día.

Un número importante que casi logra desbancar en el podio de las exposiciones temporales más vistas de la historia de los grandes museos españoles a otro de los genios de la pintura de los últimos dos siglos: Pablo Picasso. En la última gran exposición de su obra en Madrid, el artista malagueño congregó a 785.189 personas entre el 6 de junio y el 25 de septiembre de 2006. Pero el éxito tuvo que ser compartido, al ser organizada a partes iguales por el Prado y por el Reina Sofía. Y en la deportiva pelea que mantienen los dos centros, ganó el más moderno: el Reina Sofía acogió a 404.879 visitantes frente a los 380.310 del Prado.

'Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas' ha supuesto todo un impulso para el organismo que dirige Manuel Borja-Villel, no muy dado a programar exposiciones temporales de grandes artistas conocidos por todo tipo de público. De hecho, salvo Picasso y Dalí, solo otros dos artistas españoles están entre los más vistos: Juan Muñoz (2009) y la gran muestra de Antonio López que se realizó a comienzos de la década de los noventa. Ambas superan a las exposiciones más vistas en los veinte años del museo Thyssen-Bornemisza. El centro batió su propio récord el año pasado, cuando 322.421 personas disfrutaron de la obra del norteamericano Edward Hopper. En 2011, la segunda gran retrospectiva sobre Antonio López que se hacía en dos décadas llegó a congregar a 317.977 asistentes.

Españoles y extranjeros

En cuanto al perfil de los admiradores del genio ampurdanés, fuentes del Reina Sofía destacaron que se dividen casi a partes iguales entre españoles y extranjeros, aunque con una peculiaridad: el porcentaje se ha igualado en las últimas semanas, cuando los nacionales han dado el último empujón para no perderse una de las grandes muestras de la temporada, que han juntado en un mismo espacio a más de 200 obras del artista catalán, algunas de la propia colección del museo y otras inéditas en España como 'Las bañistas' (cesión del Salvador Dalí Museum Saint Petersburg estadounidense) o 'La persistencia de la memoria', llegada desde el MoMa neoyorquino. El Philadelphia Museum of Art prestó 'Construcción blanda con judías hervidas (Premonición de la guerra civil)', mientras que de la Tate Modern arribó 'Metamorfosis de Narciso' (1937) y de los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica 'La tentación de San Antonio'. Una exposición realizada al alimón por el Reina Sofía y el Centro Pompidou, que acogió con anterioridad la misma muestra y logró atraer a 790.090 espectadores, algo más que el centro español.

Un impulso que va a permitir que el Reina Sofía pueda acercarse -si no superar- el número de visitantes del año pasado, cuando 2,7 millones de personas se acercaron a sus salas. Y rompe, además, una tendencia que se había detectado en los museos españoles. El Prado prevé perder casi un 25% de visitantes este año y siete de cada diez españoles confesaban que no se sentían atraídos por los museos de arte. Unos descensos que se achacan a la coyuntura económica y a las preferencias del ciudadano medio.

Según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, el público prefiere acudir a museos con una temática muy diferente -el deporte, los vestidos, el ferrocarril o el chocolate-. De eso se desprende el escaso aumento en los últimos 20 años de los visitantes a los museos clásicos: ha evolucionado solo dos puntos, de un 28,3% a un 30,6%.