Un tribunal ordena el cierre del canal de Al Jazeera en Egipto
La línea editorial del canal es crítica con el Gobierno instaurado tras el golpe de Estado en el que fue depuesto el expresidente Mursi
Actualizado:Un tribunal egipcio ha ordenado la suspensión de las emisiones de la filial egipcia de la cadena qatarí Al Jazeera, cuya línea editorial es crítica con el Gobierno instaurado tras el golpe de Estado en el que fue depuesto el expresidente Mohamed Mursi, así como de los canales Ahrar25, Al Quds y Al Yarmuk, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.
El domingo, las autoridades deportaron a tres periodistas de Al Jazeera con destino a Londres tras obligarles a dejar en el país árabe todo su material profesional. Los tres estaban detenidos desde el pasado martes. Otros trabajadores de Al Jazeera han sido detenidos en las últimas semanas y continúan aún bajo custodia: el cámara Mohamed Badr fue arrestado hace un mes y el corresponsal de Al Jazeera en árabe Abdulá al Shami fue detenido el 14 de agosto. Un productor, Mohamed Baher, fue puesto en libertad el domingo tras cinco días arrestado.
Al Jazeera es propiedad del estado de Catar, uno de los principales respaldos internacionales de los Hermanos Musulmanes, grupo islamista al que pertenecía Mursi. La corresponsalía del canal en El Cairo se encuentra cerrada desde la fecha del golpe de Estado del 3 de julio, cuando efectivos de las fuerzas de seguridad asaltaron el inmueble, aunque las emisiones del canal, muy popular en el mundo árabe, aún pueden verse en Egipto.
A finales de agosto, Al Jazeera emitió declaraciones de dos dirigentes de Hermanos Musulmanes en busca y captura, Mohamed Beltagi y Essam el Erian, en las que llamaban a sumarse a las protestas contra el Gobierno interino instaurado por los militares tras el golpe de Estado. Las fuerzas de seguridad detuvieron poco después a Beltagi.
Nueva jornada de protestas
Mientras tanto, los Hermanos Musulmanes egipcios y otros grupos afines han convocado para hoy una nueva jornada de manifestaciones para protestar contra el golpe militar. Cuando se cumplen dos meses del derrocamiento de Mursi, los islamistas saldrán a las calles bajo el lema "El golpe es el terrorismo" con el objetivo de denunciar las supuestas irregularidades cometidas por los militares en este periodo.
Las fuerzas del orden han cortado los accesos a la céntrica plaza Tahrir y reforzado la seguridad con vehículos militares y alambradas de espino frente al Museo Egipcio, también en el centro de El Cairo, en previsión de nuevas manifestaciones.
En los últimos dos meses, las autoridades han llevado a cabo una campaña de arrestos contra dirigentes islamistas en todo el país y han enjuiciado a los máximos responsables de los Hermanos, al tiempo que han aumentado las medidas de seguridad, debilitando la capacidad de movilización de los opositores al golpe.
Junto a sus principales colaboradores, el guía espiritual de la cofradía, Mohamed Badía, está siendo procesado por incitar a la muerte de manifestantes y su estado de salud ha sido motivo de polémica después de que medios estatales informaran el pasado sábado de que había sufrido una crisis cardiaca, si bien el Gobierno dijo que se encuentra bien.
En un comunicado difundido anoche, los Hermanos Musulmanes culparon a la Fiscalía y al Ministerio de Interior de la salud de Badía y de otros islamistas que están en la cárcel. Además, denunciaron que hay un "trato de favor" hacia los dirigentes del antiguo régimen de Hosni Mubarak en comparación con los presos islamistas, que están "detenidos sin motivo y solo han expresado su opinión contra el golpe".
Por su parte, el fiscal general de Egipto, Hisham Barakat, ordenó el domingo remitir a Mursi y a otros catorce dirigentes de los Hermanos Musulmanes al Tribunal Penal de El Cairo por incitar a la violencia contra manifestantes. Según la Fiscalía, las investigaciones han revelado que Mursi ordenó al jefe de la Guardia Republicana y al ministro del Interior intervenir contra los manifestantes que protestaban el 5 de diciembre contra el polémico decreto constitucional con el que había blindado sus poderes ante la justicia. Los mandos de la seguridad rechazaron entonces esa intervención "para preservar la vida de los manifestantes" y varios ayudantes presidenciales convocaron a los seguidores de los Hermanos para que dispersaran por la fuerza a los que protestaban, agregó el fiscal.
Mursi, que perteneció a la cofradía hasta que accedió a la Presidencia del país en junio de 2012, fue depuesto por el Ejército tras multitudinarias protestas que pedían elecciones anticipadas, y desde entonces se halla en paradero desconocido, retenido por los militares.