Rajoy instará al partido a pasar la página de la corrupción

«La victoria siempre acompaña a los que más luchan por ella». Esta frase, con la que Mariano Rajoy concluyó el sábado su mitin en Soutomaior, glosa el sentimiento que el presidente del Gobierno intentará trasmitir al comité ejecutivo nacional de su partido, que se reúne hoy. Rajoy hará una clara llamada a la necesidad de pasar la página de la corrupción y aunar esfuerzos en defender las reformas estructurales del Ejecutivo.

Rajoy ha apostado buena parte de sus aspiraciones electorales del PP -las suyas, pero también la de los alcaldes y presidentes autonómicos que tendrán su reválida en 2015- a la recuperación económica. Tras el poco éxito que tuvo su estrategia de anunciar a los españoles el pasado abril un panorama económico devastador, con la idea de que los ciudadanos asumiesen sus recortes como la única vía de salir de la crisis, el presidente del Gobierno quiere que el PP comience a vender optimismo, aunque sin lanzar las campanas al vuelo. Moncloa no dará finiquitada la crisis hasta que no se cree empleo, pero Rajoy instará a los populares a sacar pecho ante los logros macroeconómicos que se han logrado bajo su batuta.

Bajos de moral

Pero los dirigentes de la formación de centro-derecha, en especial los barones territoriales, están inmersos en una crisis de confianza a causa de las revelaciones del caso de Luis Bárcenas. Más allá de las investigaciones sobre una presunta contabilidad b en el PP, fuera de Génova preocupa mucho el supuesto enfrentamiento entre la vieja y la nueva guardia.

El jefe del Ejecutivo alejó el sábado la posibilidad de una crisis de Gobierno, pero fue menos explícito a la hora de desmentir posibles cambios en el partido. «Tenemos el apoyo de una gran fuerza política, que es el PP», espetó en su primer mitin del curso político en un claro aviso de que no variará su rumbo.

Más que relevos, los más veteranos en este tipo de crisis interna barruntan que Rajoy podría reforzar la estructura popular con algunas incorporaciones de renombre. Además de esta cuestión, deberá resolver una cuestión que amenaza con enconarse: la elección del candidato popular a la presidencia de Andalucía.