DE CÓMO MANTENER EL PODER

En el congreso regional de 2008, el PSOE andaluz sabía que tenía que buscar recambio a Chaves. Aunque había ganado por mayoría absoluta las elecciones, en Ferraz cundía la alarma, porque tenía datos constatados de un potente desgaste. Perder Andalucía era perder España, de modo que el aparato del partido intentó un relevo en el citado congreso, que no prosperó. Un año después, por sorpresa, Chaves se marchaba a Madrid. El partido no fue enconces capaz de encontrar el recambio que hiciera posible el salto generacional que se precisaba y optó por un político de la misma generación y parecida trayectoria. Han pasado cuatro años y ahora es el momento del relevo: Le ha tocado a Susana Díaz el papel de encarar ese «nuevo PSOE» andaluz que rompa con la tendencia a la baja de sus votantes, que renueve las estructuras y vuelva a sintonizar con unos electores que ya no se conforman con las viejas recetas y que además están furiosos, indignados con los políticos. La nueva situación se caracteriza también por el marasmo en la estructura federal del partido, al que sucede algo insólito: se desgasta más en la oposición que si ejerciera el poder. Y por un enfrentamiento como nunca hasta ahora entre los dos aparatos, de Madrid y Sevilla.

Mantener el poder, esa es la cuestión, en el fondo del fondo. Se le llama también sintonizar con la calle, regenerar la política. Se trata de que la cosa pública no se haga marciana del todo, despegada de la realidad, y de que los votantes no se desentiendan y se vayan, cansados y cabreados, a otras opciones entre las que aparecen peligrosamente algunas marginales, «populistas», informes, con la ira contra el poder como única coincidencia ideológica.

Ahí tiene una travesía procesola Susana Díaz y su «new age». ¿Será capaz de abrir las ventanas del partido, sacudir las alfombras, iluminar las esquinas oscuras, resanar el aire viciado? ¿O sólo esperará que el desastre de los rivales le mantenga en la silla, siempre dependiente de IU, como dicen ahora algunas encuestas?