Putin arremete contra el propósito de Washington de atacar a El-Asad
Siria se perfila como el tema central de la cumbre del G20 que se celebrará a lo largo de la próxima semana en San Petersburgo
MOSCÚ.Actualizado:Todo indica que los problemas de la economía global van a pasar a un segundo plano durante la cumbre del G20 que se celebra en San Petersburgo el próximo jueves y viernes. Y es que lo que tiene todas las trazas de monopolizar el debate entre los líderes mundiales en la antigua capital imperial rusa es la crisis siria. Tanto si para entonces se ha culminado la intervención militar aliada como si no. El anfitrión de esa reunión, el presidente Vladímir Putin, que en un primer momento advirtió que Siria no estaba en la agenda del G20, ayer afirmó que «tendremos la posibilidad de hablar del problema en un foro con una presencia tan amplia de participantes (.) será una buena plataforma para discutir» de la situación en Siria.
Lo dijo durante una comparecencia pública en Vladivostok (Extremo Oriente ruso), en la que puso una vez más los puntos sobre las íes en cuanto a la posición de su país en relación con la idea de emplear la fuerza contra el régimen de Bashar el-Asad. «Si hay pruebas sobre la utilización de armas químicas, deben ser presentadas. Si no se presentan es que no existen. Las alusiones a no se sabe qué escuchas de no se sabe qué conversaciones, que no demuestran nada, no pueden servir de fundamento para tomar decisiones tan trascendentales como el uso de la fuerza contra un Estado soberano», alertó Putin en su primera reacción a las declaraciones del viernes de su homólogo estadounidense, Barack Obama, antes de una rueda de prensa en la que el mandatario estadounidense ratificaba su intención de atacar.
«Sin lógica»
«Me dirigiría a Obama, no como presidente de Estados Unidos, sino como premio Nobel de la Paz. Recordemos lo sucedido en las últimas décadas, cuántas veces su país ha sido iniciador de conflictos armados en distintas regiones del mundo. ¿Se ha resuelto con ello siquiera un solo problema?», se preguntó el máximo dirigente ruso.
Según sus palabras, en los estados atacados por EE UU «no hay democracia, no hay paz y tampoco la más mínima estabilidad. Todo esto hay que tenerlo en cuenta antes de tomar la decisión de iniciar los bombardeos, tras los cuales habrá víctimas también entre los civiles». Putin considera que el régimen sirio no está detrás del ataque con armas químicas de la semana pasada en la afueras de Damasco: «Las fuerzas gubernamentales sirias avanzaban, en algunas zonas rodearon a los insurgentes. En estas circunstancias conceder una baza -en referencia al ataque con armas químicas- a los que claman por una intervención extranjera es un disparate absoluto. No tiene ninguna lógica y menos el día de la llegada de los observadores de la ONU».
«Estoy convencido de que se trata de una provocación de quienes quieren involucrar a otros países en el conflicto sirio y asegurarse el apoyo de las grandes potencias mundiales, Estados Unidos en primer lugar», añadió. A juicio del jefe del Kremlin, «decir que tienen esas pruebas, pero que son secretas y no se las pueden presentar a nadie no se sostiene, es sencillamente una falta de respeto hacia sus aliados». Putin se congratuló también de la votación en el Parlamento británico, contraria a una intervención en Siria, asegurando que le «sorprendió» y advirtió que un ataque sin mandato de la ONU «destruirá los fundamentos del Derecho Internacional y el actual sistema de seguridad mundial».
La anunciada acción «limitada» en Siria que evaluaba Obama el pasado viernes se convirtió ayer en una firme determinación de atacar el país en Siria, aunque después de consultarlo con el Congreso. Putin no solo criticó la postura de Obama, sino que también censuró las palabras de su secretario de Estado, John Kerry, que el viernes había hablado de «pruebas claras e irrefutables» de que el régimen de El-Asad había empleado armas químicas contra su propia población el pasado 21 de agosto, y confirmó un balance de 1.429 muertos, entre ellos 426 niños, a consecuencia de este ataque. Kerry acusó a Rusia de «obstaculizar» los esfuerzos para detener tales atrocidades.
Divididos en dos grupos
El principal aliado de Washington de cara a la operación en Siria es Francia, ya que el Parlamento británico paró los pies al primer ministro, David Cameron, y otros socios europeos esperan el informe de los inspectores de la ONU. El presidente galo, François Hollande, y Obama hicieron el viernes un llamamiento a la comunidad mundial para enviar a El-Asad un «mensaje fuerte». Estados Unidos cree que podrá contar también con la Liga Árabe y Australia.
De manera que en la cumbre de San Petersburgo los líderes del G20 quedarán divididos en dos grupos, los de quienes apoyan la política de Estados Unidos con respecto a Siria y los de aquellos que se oponen. El primero, pese a todo, parece que será el más numeroso.
Por eso, Putin dijo que será un foro solamente de discusión y «no podrá suplantar al Consejo de Seguridad de la ONU», en donde Rusia, como miembro permanente, tiene derecho de veto.