Paraguay emprende con Horacio Cartes el camino hacia la estabilidad
El nuevo Gobierno conservador da los primeros pasos para superar la crisis que supuso la destitución de Fernando Lugo en 2012
BUENOS AIRES.Actualizado:Paraguay ha iniciado un nuevo rumbo con la toma de posesión del presidente Horacio Cartes, que mantiene expectantes a sus conciudadanos y también a los vecinos sudamericanos. Empresario de 57 años, que sólo hace cuatro comenzó a tener interés en la política, el mandatario, con negocios en los más diversos sectores, promete «alfombra roja» a los inversores extranjeros y al mismo tiempo «guerra contra la pobreza», que afecta a 40% de la población.
Con Cartes no sólo ha vuelto al poder el conservador Partido Colorado, que gobernó Paraguay durante 61 años sin alternancia hasta 2008, sino que el país ha recuperado la normalidad institucional quebrada en junio de 2012 con la intempestiva destitución del centroizquierdista Fernando Lugo. El exobispo fue separado del cargo a empujones, mediante un juicio político sumarísimo del Congreso por presunto «mal desempeño».
En lugar de Lugo asumió el gobierno su vicepresidente Federico Franco, convertido en adversario político. Fue él quien condujo al país a las elecciones del pasado mes de abril que dieron la victoria a Cartes con el 46% de los votos. Pero la destitución de Lugo tuvo un enorme impacto regional y las heridas siguen sin cicatrizar. Paraguay comienza una nueva etapa y por los primeros pasos dados en las reuniones de países de la región, parece que este presidente conservador y pragmático está consiguiendo encajar en el concierto de naciones sudamericanas gobernadas por una mayoría de centroizquierda.
Al producirse la destitución de Lugo, los socios de Paraguay en el Mercosur (Argentina, Brasil y Uruguay) resolvieron suspender al país del bloque -tal como ordena su reglamento interno cuando un país viola la cláusula democrática-. Los socios políticos restantes incorporaron además al bloque a Venezuela, a cuya integración al Mercosur se oponía desde hacía tiempo el Senado paraguayo por razones político-ideológicas.
La entrada de Venezuela al bloque en ausencia de Paraguay fue considerada una afrenta por el presidente sustituto Franco y aún hoy el tema provoca malestar en Asunción. En julio, los países del Mercosur levantaron la suspensión a Paraguay al considerar que había dado pasos hacia la normalización mediante la realización de elecciones. Pero ahora es Cartes quien debe decidir si regresa o no al bloque y bajo qué condiciones en relación con el nuevo socio que le incomoda.
Una mala señal, por suerte superada en los últimos días, se vivió en el acto de asunción del nuevo jefe de Estado, el pasado 15 de agosto. El presidente venezolano Nicolás Maduro -tachado de 'persona non grata' en Paraguay- no fue invitado a la ceremonia. En solidaridad con él se abstuvieron de ir o de enviar delegados el mandatario de Bolivia, Evo Morales, y el de Ecuador, Rafael Correa. Sí acudieron la argentina Cristina Fernández, la brasileña Dilma Rousseff, el chileno Sebastián Piñera, el presidente de Perú, Ollanta Humala, y el de Uruguay, José Mujica.
Acercamiento diplomático
Cartes agradeció especialmente la presencia de las dos mandatarias mujeres, y aseguró tener «una fuerte predisposición a mantener cordiales relaciones bilaterales» con todos los vecinos, sin «agravar diferencias coyunturales» que no especificó. Luego, su canciller, Eladio Loizaga, prometió que su país va a pronunciarse sobre cómo regresará al Mercosur y cómo encarará el problema de Venezuela que, según el nuevo presidente, «es más jurídico que político». Para Cartes, el ingreso de ese país al bloque «debía ser por unanimidad» de los socios, y se hizo sin uno de ellos.
Al menos en lo diplomático, Nicolás Maduro, dio por cerrada el viernes la crisis con Paraguay tras reunirse con Horacio Cartes, al margen de la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), realizada en Paramaribo. «Hemos decidido pasar la página; ahora viene abonar el camino para reconstruir los lazos (...) hay intereses que benefician a los dos países y tenemos que promoverlos», dijo Maduro al término de la cumbre.
Cartes ha recibido un país que está entre los que más crece en la región pero a fuerza de producir básicamente soja, cereales y carnes, actividades que no promueven el empleo cualificado. Según el Banco Central de Paraguay, el crecimiento de este año podría superar el 13%. La Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), más realista, pronostica el 10%.
No obstante, ese aparente progreso no tiene impacto en la estructura social. Paraguay arrastra una pobreza de entre el 40% y el 46% de una población total de más de seis millones. El presidente promete atraer inversiones locales y extranjeras, crear empleo mediante obras de infraestructura y combatir la corrupción, un desafío múltiple y complejo al que deberá atender en los próximos cinco años.