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FÚTBOL | primera división

Mascletá de Messi en Mestalla

El Barça derrota al Valencia gracias a un ‘hat-trick’ del argentino que hizo insuficiente un doblete de Postiga

C. REINO
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Incidencias: Partido de la tercera jornada de liga, disputado en el estadio de Mestalla ante unos 50.000 espectadores. En los prolegómenos del partido, los jugadores guardaron un minuto de silencio en recuerdo del exportero del Valencia y de la Real Sociedad, Ignacio Eizaguirre, fallecido

El fútbol es un deporte imprevisible. El Barça se adelantó 0-3, parecía que tenía el partido controlado, pero nada más lejos de la realidad. El Valencia le hizo dos goles en dos minutos y al final los de Martino acabaron pidiendo la hora. Hicieron un partidazo, controlaron más de dos tercios del encuentro, tuvieron más de media docena de oportunidades y, sin embargo, sufrieron lo indecible para amarrar los tres puntos.

Pero el Valencia, que jugó a impulsos y siempre estuvo a merced de los azulgrana, no pudo completar la remontada y el Barça se llevó la victoria. Triunfo valioso, de prestigio, en uno de los campos complicados de la primera. El Barcelona logró la victoria tras una nueva exhibición de Leo Messi, que metió tres goles en poco menos de media hora.

Al argentino, que supera a un mito como Quini como máximo realizador de la liga española, le gusta ir a contracorriente. Siempre que hay runrún sobre su estado de forma se destapa como solo él sabe: con un ‘hat-trick’, que siempre consigue que las críticas se las lleve el viento. No solo hizo un triplete a Alves. Tuvo otras cuatro o cinco ocasiones claras y si llega a estar inspirado al 100% podría haberse marchado de Mestalla con un carro bajo el brazo. Con su victoria en Mestalla, el Barça cumple su miniobjetivo de inicio liguero: llegar al parón liguero con tres victorias (nueve de nueve puntos) y la Supercopa en el zurrón.

El partido, en cualquier caso, se le puso de cara desde muy pronto. El Valencia arriesgó, adelantó mucho su defensa de inicio y quiso presionar al cuadro catalán para disputarle la pelota, con el objetivo de que los de Martino no manejaran a su antojo. La idea de Djukic era buena, pero tenía un riesgo. Messi y Neymar, cada uno por un lado y con espacios eran todo un peligro. Los delanteros blaugranas no suelen buscar el desmarque en largo, a la espalda de los centrales, sino que la piden al pie. Ante el Valencia fue distinto. Neymar y Messi compartieron titularidad por primera vez en la Liga y fueron una pesadilla para los centrales Rami y Costa.

Cesc hace de Xavi

Faltaba Xavi, lanzador y asistente culé, pero su equipo no se resintió. Cesc cogió su sitio, cargo su escopeta y se puso a repartir juego a diestro y siniestro. Neymar y Messi, que este domingo sí se les vio en una buena sintonía y buscándose cada que entraban en juego con la pelota, avisaron pronto. En el 10, el brasileño recibió del crack de Rosario y remató la red. El línea vio fuera de juego y el tanto no subió al electrónico. Fue un toque de corneta. El Barça empezaba a dar miedo. A la siguiente jugada, Messi se escapó en diagonal, Cesc, que jugó más retrasado y dio una exhibición como director de orquesta, lanzó en profundidad y el argentino hizo el primero.

El Barça se adelantó pronto y se dedicó a controlar el partido. Invitaba al Valencia a salir de la cueva y le metía una presión enorme que obligaba a los ché a jugar en largo, aunque sin suerte, porque el triángulo formado por Busquets, Piqué y Mascherano recuperaba pronto todos los balones. El Barça se gustaba, pero no tenía el partido cerrado, ni mucho menos. Banega, Canales y Pabón lograron asociarse con criterio y el colombiano a punto estuvo de batir a Valdés. El portero de L’Hospitalet demostró que hoy por hoy es el número uno y ante la suplencia de Casillas volvió a reivindicarse como titular en la selección. Fue casi lo único que hizo el Valencia en los primeros 35 minutos.

A partir de ahí, la primera parte se volvió loca. El Barça continuó con su presión agobiante, Busquets robó al borde del área, el balón le cayó a Messi y el argentino hizo el segundo. El Valencia pedía la hora, la campana no sonaba y el rincón del cuadrilátero estaba muy lejos. Un minuto después, sobre el 40, Neymar recibió en el extremo izquierda, dribló a Joao y asistió a Messi para que hiciera el tercero. El partido parecía muerto. El 10 de Rosario había pegado tres picotazos y el cuadro levantino se desangraba sin que nadie pudiera parar la hemorragia. Sin embargo, poco después Postiga cazó al vuelo un balón suelto que colgó Joao y de volea y en semicaída dio esperanzas a los suyos. Un minuto después, la esperanza se convirtió en una realidad. Banega botó un córner y el portugués, de cabeza y desde el primer palo, metió a su equipo en el partido. Bendita locura. En dos minutos, el partido dio un giro de 180 grados.

En la reanudación, el Valencia dio un paso adelante. El fútbol es un estado de ánimo. El Valencia había sido dominado de cabo a rabo, pero con dos jugadas aisladas se sintió fuerte. Vio que tenía opciones. Guardado, de lateral zurdo, dobló a Canales, y el Barça sufrió en su banda derecha. El partido se convirtió de ida y vuelta, con menos control, lo que no estaba muy claro a quién beneficiaba, porque aunque Messi estaba en su salsa, el Valencia llegaba con muy poco.

Djukic se la jugó con Jonas y Feghoulí y buscó más llegada y más centímetros, para los balones parados. El partido era bastante impreciso, algo alocado y le faltaba mucho control. El Barça jugaba con fuego. Messi, Pedro y Tello tuvieron media docena de ocasiones para rematar el partido. Pero el destino del gran choque anticipaba un final de infarto para los de Martino. Jonás en el 85 besó el palo de Valdés con un zurdazo desde el borde del área. El Barça tembló, pero acabó feliz, merecidamente. El Valencia hizo el esfuerzo, pero le faltó fútbol.