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Cecilia, en los ensayos | V. Carrasco / I. Abio
ESPECTáCULO

Chavela Vargas baila flamenco

Bajo la batuta de Luis Olmos, la bailarina Cecilia Gómez se pone el poncho rojo para representar fragmentos de la vida de la reina de las rancheras

EDURNE TAPIA
MADRIDActualizado:

'Cupaima'. Ese era el nombre con el que los chamanes bautizaron a la dama del poncho rojo que hace un año dejó una filosofía de vivir y de plantar cara a los problemas recordada y anhelada por todos aquellos que la querían. Era una mujer que se enfrentó a todas las normas establecidas por la sociedad. Tanto que no dudó en desprenderse de la falda, ponerse un pantalón y amar a una mujer si así lo deseaba. Chavela Vargas era única, con una vida intensa, larga y rica en experiencias. Con el fin de reflejar aquellos momentos más significativos llega a las tablas de los Teatros del Canal 'Cupaima, homenaje a Chavela Vargas'.

La bailarina Cecilia Gómez encabeza este espectáculo único, que trata de fusionar el flamenco y las rancheras mexicanas. "Se ha intentado mantener la melodía de las canciones y no desvirtuarlas con el cante jondo o bulerías. Es una fusión muy interesante en que el espectador se quedará sorprendido, pero enseguida entrará en la magia que envuelve a la actuación", explica Luis Olmos, director de escena.

Hace dos años que la coreógrafa y bailarina gaditana se reunió con la cantante mexicana para hablarle sobre la idea de llevar al teatro los momentos más señalados de su vida. "Era una gran admiradora del flamenco y de nuestro arte. Se sentía muy identificada con nuestra forma de sentir. Así que le encantó la idea de que un trocito de su vida quedará plasmada a través del flamenco", confiesa Cecilia Gómez, a quien le sorprendió su forma de defender la libertad, así como su incondicionalidad a la hora de querer y de amar. "Tenia tanta grandeza en su mirada que sin la necesidad de contar nada, con solo mirarla al los ojos, te hacia saber que había tenido una vida muy intensa".

Por fin, tras mucho trabajo y dedicación, este miércoles el espectáculo verá la luz bajo los focos de la Sala Roja, el mismo color que ella siempre llevaba sobre los escenarios. Será un homenaje en el que se acariciará cada momento trascendental de la vida de la cantante, y de las personas que formaron parte de ella. Frida Calo, el amor de su vida; Federico García Lorca, ese poeta al que no conoció nunca pero admiraba y al que dedicó su último trabajo, así como su amor por España, el tequila y las cantinas. Instantes que irán acompañados de 'La llorona' o 'Vámonos', "canciones que han dado mucho jugo para buscar otro lenguaje", puntualiza Cecilia Gómez.

Cuando el telón se levante, el espectador verá a una Chavela Vargas adolescente que vivía en un pueblo de campesinos y su primer contacto con el chamanismo. "Mi canto no es canto", dijo Chavela, "es algo más allá del dolor, más allá de la angustia, más allá del saber, más allá de todo, del arte en sí mismo". Y es por eso que Cecilia Gómez ha ido mucho más allá del flamenco, las bulerías y el cante jondo. Ha dejado a un lado el traje de flamenca y de lunares para ponerse el poncho rojo, un pantalón y una camisa, para fundirse con la música y la vida la reina de las rancheras. “Para mi personalmente es muy interesante. Por lo que la pude conocer, por lo que me ha hecho sentir, y por lo que ha significado en mi vida", revela la coreógrafa gaditana.

Compuesto por nueve escenas, todo aquel que se acerque podrá conocer a una Chavela vista desde los ojos del flamenco, y "un momento muy bonito en el que los chamanes la van transformando en una señora mayor", explica Olmos, quien dirigió la 'Juana, la loca' de Sara Baras, donde Cecilia también participó. Antonio Canales es el artista invitado en este espectáculo que pasará por las ciudades más importantes de España, y cómo no, México, patria de la reina de las rancheras.