Seguidores de los Hermanos Musulmanes y del depuesto presidente Mohamed Mursi levantan el Corán y hacen el gesto «Rabaa» en señal de apoyo. :: YOUSSEF BOUDLAL/ REUTERS
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Los islamistas frente a la pena de muerte

El Guía y una veintena de dirigentes de los Hermanos Musulmanes se sientan hoy en el banquillo al igual que Mubarak, que retoma el proceso judicial

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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«Apunta, por favor, el número de mi compañero. Estoy en búsqueda y captura y me van a detener en cualquier momento», advierte Hasán Saleh antes de concretar la cita. El despacho de este abogado de 44 años se ha convertido desde el desalojo de las acampadas islamistas del 14 de agosto en la sede central del Frente de Defensa de los Detenidos, grupo formado por abogados voluntarios de todo el país que asisten a las personas apresadas durante las protestas o por su pertenencia a los Hermanos Musulmanes.

Hasta el momento han recibido «unos 8.000 casos, de ellos la mitad aproximadamente pertenecen a la Hermandad, el resto son simples manifestantes pro Mursi» y en las últimas horas trabajan de forma especial en la defensa de líderes de la Cofradía como Mohamed Badie, que hoy se sienta en el banquillo de acusados junto a una veintena de dirigentes del grupo.

También Hosni Mubarak tiene una cita con el juez en las próximas horas, pero en el caso de exdictador podrá acercarse desde el hospital militar de Maadi en el que se encuentra bajo arresto domiciliario tras su excarcelación el pasado jueves. El prestigioso letrado Ahmed Abubarak asistió a Badie en su primera declaración ante el juez, «pero le detuvieron el viernes, así que ahora mismo está sin abogado», explica Hasán, que detalla que a Badie le imputan varios delitos, el más grave el de «ordenar el asesinato de manifestantes en Rabaa al-Adawiya, ordenar la muerte de su propia gente, ¿se imagina?». Una acusación que se extiende al resto de la cúpula islamista y que puede acarrear la pena de muerte en Egipto.

«La impresión que tenemos por lo que hemos visto hasta ahora es que buscan dar un castigo ejemplar y harán todo lo necesario para ejecutar a los máximos responsables de la Hermandad, mientras que a los responsables intermedios les caerán penas de diez a quince años», opina este letrado con más de dos décadas de experiencia y que nunca se había enfrentado a algo similar porque «no hay ley, no hay nada que hacer». Esta es la conclusión a la que han llegado después de entrevistarse con el Fiscal General, Hisham Barakat, quien les confesó que «las decisiones finales no están en mis manos».

Hasán acudió al despacho de Barakat con su compañero Ayman Nahed, colega de 38 años y también con casi veinte años de experiencia en la profesión. «Fuimos para pedir clemencia para ancianos como Mahdi Akef, anterior 'Al-Morshed' (guía) de la Hermandad, que a sus 86 años ha sido llevado a prisión en su cama y le han metido en un sótano». El Estado de Emergencia permite a las autoridades saltarse los plazos de prisión preventiva, -ayer se retrasó dos horas el toque de queda, que ahora entra vigor a las 21.00 horas, salvo los viernes, día habitual de protestas- negar la asistencia de abogados a los presos y «por defecto se encierra a todo el mundo un plazo inicial de quince días», apunta Nahed.

Los abogados denuncian «una redada a nivel nacional para descabezar a los Hermanos Musulmanes desde el nivel más básico de su estructura piramidal. Las cárceles de El Cairo y Giza están llenas y empiezan a llevar a los detenidos a campamentos militares en el desierto porque ya no hay espacio». Tras la caída de Hosni Mubarak los Hermanos Musulmanes pusieron fin a décadas de clandestinidad y en un intento de ganarse la confianza de la población hicieron público su esquema, hasta entonces secreto. Esto permitió a los servicios de inteligencia identificar a los responsables del grupo a todos los niveles.

Después de trabajar bajo el régimen de Hosni Mubarak, estos profesionales coinciden en señalar que «ahora es mucho peor, incluso han tomado la medida de que sean los jueces quienes vayan a las prisiones a realizar las investigaciones. Esto no había ocurrido nunca en Egipto». El primer gran juicio contra la Hermandad fue en 1966, bajo el mandato de Gamal Abdel Naser. La Justicia condenó a muerte a personajes clave en la estructura del grupo como su entonces líder Seyyed Qutb y a sus dos ayudantes más próximos y a penas de 25 años al resto de los 42 hermanos procesados.

Cada día los abogados se plantan en las prisiones, «pero tenemos el problema de que igual permiten la entrada a solo uno o dos de nosotros y tenemos a lo mejor treinta personas a las que defender, es imposible», lamenta Hasán mientras muestra la lista detallada de detenidos tras los desalojos de Rabaa al-Adawiya y la plaza Ramsés.

La fuerte represión ha obligado a los partidarios de Mohamed Mursi a replantear su estrategia en las calles. A partir de ahora se evitarán los choques con las fuerzas de seguridad y los Hermanos Musulmanes, a un paso de la ilegalización por las acusaciones constantes de «terrorismo» por parte de las autoridades interinas, parecen abocados a regresar a la clandestinidad para intentar reorganizarse.