Floriano, Cospedal, Rajoy, Arenas y Pons, tras ser elegidos como máximos dirigentes del comité ejecutivo nacional del PP, en Sevilla en 2011. :: RC
ESPAÑA

Cambios para frenar el efecto Bárcenas

En la dirección del partido creen que Rajoy no dejará pasar mucho tiempo para acometer la remodelación de la cúpula de la organización

MADRID. Actualizado: Guardar
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A menudo se jacta de ser un líder previsible, enemigo de las «ocurrencias» y, sobre todo, de las puestas en escena estridentes. Los más allegados a Mariano Rajoy califican de ejercicio baldío intentar aventurar cuándo y cómo acometerá los cambios, pero nadie duda de que los habrá.

La modificación de la agenda internacional del jefe del Ejecutivo, que tenía previsto un intenso septiembre con viajes a Rusia, Argentina, China, Estados Unidos, Kazajistán y Japón, ha disparado las alarmas internas ante la inminencia de una restructuración en el equipo de mando del PP a fin de frenar el lastre del 'caso Bárcenas' e intentar recuperar la iniciativa política. Esta es la tesis de puertas para adentro, pero la versión oficial que ya comienzan a transmitir varios dirigentes, es que esta puesta a punto del PP nada tiene que ver con las andanzas del extesorero. «El partido está en cambio permanente», justificó Rafael Hernando, portavoz adjunto del grupo parlamentario popular.

Más gráfico se mostró Leopoldo Barreda, otro de los hombres fuertes del PP en el Congreso, al asegurar que los relevos en la estructura del partido «nunca se harán en función del asunto Bárcenas» sino para lograr el objetivo de «ser una estructura cada vez mejor organizada y de servir mejor al interés general de los españoles». En definitiva, que habrá cambios.

En la actualidad, doce miembros del comité ejecutivo nacional del PP, elegido en febrero de 2011 en el congreso nacional que los populares celebraron en Sevilla, perciben por su dedicación al partido una asignación extraordinaria, o sobresueldo, que oscila entre 2.000 y 4.000 euros al mes. Según el partido, se trata de emolumentos que aparecen recogidos en sus respectivas nóminas como complemento al salario que perciben como diputados, senadores o parlamentarios autonómicos.

Reducción de cargos

Dolores de Cospedal, según los estatutos del Partido Popular, puede presentar a Rajoy una lista con los cambios que quiere introducir en la cúpula de la organización y, si el presidente del partido los acepta, deberán ser refrendados por el comité de dirección. Hasta el 14 de agosto, todos en la sede de la calle Génova estaban convencidos de que la transición la pilotaría la secretaria general, que al igual que ha hecho en el Gobierno de Castilla-La Mancha, buscaría reducir los cargos ejecutivos del partido y rodearse de más miembros de su equipo de confianza.

Pero la controvertida declaración de la número dos del PP ante el juez Ruz como testigo, en la que descargó toda la responsabilidad del pacto económico con Bárcenas en Arenas y Rajoy, ha podido ser determinante para que el líder del PP asuma en personas el mando de esta operación. Oficialmente, desde la Moncloa responden con un silencio sepulcral cuando se pregunta por la opinión del presidente del Gobierno ante el testimonio de Cospedal.

A partir de ahí, los más veteranos del PP no descartan ni la idea de que Rajoy opte por descargar de trabajo interno a Cospedal y recupere la figura del coordinador general del partido, que creó José María Aznar para integrar a Ángel Acebes en el más alto escalón de dirección del PP.

Las especulaciones, ante la falta de información, se han disparado. Uno de los nombres que suenan para alguna responsabilidad, más en el Gobierno que en el partido, es el del exministro Josep Piqué, que acaba de abandonar sus cargos en la empresa privada.