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FÚTBOL | primera división

El Barça, sin Messi, sufre ante el Málaga

Con el argentino lesionado y con Neymar en el banquillo, derrota al conjunto andaluz gracias a un gol de Adriano desde fuera del área

CRISTIAN REINO
BARCELONAActualizado:

Un solitario gol de Adriano, dos minutos antes del descanso, de fuerte disparo desde el borde del área, dio este domingo los tres puntos al Barça en su visita a La Rosaleda. El equipo catalán firmó una trabajada victoria ante el Málaga. Los de Martino, eso sí, fueron de más a menos. La primera hora del partido fue suya, pero en la media hora final los malacitanos se hicieron con el control del balón, se olvidaron del empeño defensivo, atacaron en tromba, y el equipo azulgrana sufrió en defensa y de no ser por un par de intervenciones de Valdés, que salvó a su equipo en el minuto 90, el Barça no hubiera sido capaz de llevarse el triunfo.

Los azulgrana, a los que se les nota que necesitan mucho más rodaje, suman ya un dos de dos en el arranque liguero, seis puntos de seis posibles, que acompañados por el hecho de que el equipo no ha recibido ningún tanto en liga, darán a Tata Martino la tranquilidad necesaria para tratar de ajustar sus piezas.

Martino, en cualquier caso, que dijo que su aspiración era que los jugadores del Barça recuperasen algunas cosa que hicieron y dejaron de hacerlo, trata de inculcar a sus hombres ambición, hambre y sobre todo rigor táctico. El proyecto no ha hecho más que echar a andar, pero la intensidad que muestran los azulgrana invita a pensar que el técnico de Rosario está en la buena línea, a pesar de que en el tramo final del choque su equipo se desarbolara una pizca, se supone que por el bajón del tono físico.

En su choque frente al Málaga, Martino no contó con Messi, que arrastra una lesión, y tampoco de inicio con Neymar. Como ante el Levante y el Atlético de Madrid, el argentino decidió sentar al carioca, que disfruta con pequeñas apariciones de media hora, en las que se le ha visto con ganas y ha dejado detalles muy esperanzadores para su equipo. A falta de Messi, Martino volvió a confiar en Cesc como falso delantero centro. El de Arenys, quizá, es el jugador más en forma del Barça y mientras las piernas le aguantaron, sostuvo el ataque azulgrana. Alexis y Pedro ocuparon los extremos. El chileno fue una pesadilla para la defensa malagueña, mientras que el canario estuvo bastante gris. En el centro del campo también hubo novedades, porque Tata dio descanso a Busquets y se jugó la carta de Song. Iniesta y Xavi llevaron la batuta. Dejaron muestras de su calidad, si bien estuvieron algo irregulares y no encontraron los huecos en los pasillos interiores para hacer asistencias de gol.

Un Málaga muy cerrado

El Barça, igual que en el Calderón, se encontró con un Málaga muy correoso, batallador y bastante cerrado en su campo. Los hombres de Schuster trataban de robar en la medular para salir rápido a la contra. Sin embargo, el cuadro catalán ya no arriesga tanto la posesión. Si lo ve conveniente lanza un cambio de juego, ya sea a través de Piqué o Xavi, y se ahorra alguna pérdida comprometida.

El choque arrancó muy igualado. Schuster ya había anunciado que saldría con el autobús y el AVE para cerrar los pasillos interiores que tan bien aprovecha el Barça. El técnico alemán diseñó una tela de araña con cinco hombres en el centro del campo (Darder, Camacho, Tissone, Pawlowski y Fabrice) que funcionó casi a la perfección. Ni Xavi, ni Iniesta lograban la fórmula para romper el bloque de hormigón malagueño. El gol llegó de manera imprevista. Faltaban dos minutos para el descanso y Adriano, que actuaba de lateral derecho, se atrevió con un disparo lejano, desde el vértice del área, que sorprendió a Caballero, que no estuvo muy fino. El tanto hizo justicia, porque el Barça había gozado de varias oportunidades en la primera parte.

Tras el descanso, el cuadro catalán esperaba que el Málaga avanzase sus fichas, pero como de primeras no lo hizo, los azulgrana cayeron en la trampa. Bajaron su ritmo, cedieron el control del partido, Fabrice estrelló un balón al palo y con las salidas de Eliseu, Seba y Morales el Málaga fue a por todas. Al Barça le costó cambiar de velocidad y acabó pidiendo la hora. Valdés, por dos veces, en el 90, fue de nuevo el salvador.

Cada jornada que pasa, el libreto de Martino ofrece algún capítulo nuevo. El primer día, en el arranque liguero, el Barça destacó por la presión agobiante que ejerció ante el Levante. El hambre y las ganas de apretar como perros de presa, característico de la era Guardiola, volvió a Can Barça de la mano del entrenador argentino. Más tarde, frente al Atlético, en la ida de la Supercopa, al Barça se le vio que quería poner en juego opciones distintas a su juego de toque. Ya no tiene reparos en buscar los balonazos en largo y con Pedro y Alexis jugando de extremos se prodiga mucho para un equipo acostumbrado a jugar a ras de hierba. Ante el Málaga, la tercera novedad que apuntó el técnico de Rosario es que piensa tirar de rotaciones y que quiere administrar con prudencia a todas sus piezas a lo largo de la temporada.