Más de un millón de niños sirios viven en campamentos como el de la imagen, ubicado en Irak. :: AFP
MUNDO

Obama valora ahora intervenir en Siria

La última matanza hace reconsiderar al presidente de EE UU su posición en una guerra que habría cruzado su línea roja

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Las imágenes de cientos de niños muertos en Ghuta siguen azotando las conciencias del mundo. La Casa Blanca dice estar «en shock». La ONU, «profundamente perturbada», pero, ¿servirán esas muertes para cambiar algo? Por primera vez en los más de dos años que dura la guerra civil en Siria, la Casa Blanca se planteó el jueves el uso de la fuerza, a lo largo de una reunión de tres horas y media, en la que, según The New York Times, no se alcanzó ninguna conclusión.

Cuando horas después un periodista de la CNN entrevistó a Barack Obama, no pudo por menos que recordarle la famosa línea roja que él mismo trazó el año pasado al Gobierno de Bashar el-Asad, y que ya habría sido cruzada impunemente varias ocasiones con el uso de armas químicas. «Eso lo tengo que decir yo», atajó el presidente. «Cuando tomemos acción...», añadió midiendo las palabras, «hay leyes internacionales».

Sin el apoyo de Rusia y China, que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad, el mandatario teme repetir los pasos de George W. Bush, que involucró al mundo en una guerra contra Irak con la excusa de armas de destrucción masiva, sin la autorización de la ONU. «Ya sabes, si EE UU va y ataca otro país sin un mandato de la ONU y sin claras evidencias que puedan mostrarse, entonces habrá preguntas de si la ley internacional lo respalda, de si tenemos la coalición necesaria para que funcione y, ya sabes, todas esas consideraciones hay que tomarlas en cuenta».

Destacados senadores republicanos como John McCain le han criticado con dureza por permanecer impasible ante esa masacre. Obama, siempre cauteloso, les respondió ayer tácitamente que «hay gente que llama a la acción inmediata, se mete de un salto en cosas que no salen bien y nos embarra en situaciones difíciles que pueden arrastrarnos a intervenciones muy caras, difíciles y costosas, que en realidad engendran más resentimiento en la región».

Por eso insistió en que tomará las decisiones de acuerdo a lo que sea más conveniente para la seguridad nacional de EE UU, porque «sé que el pueblo estadounidense tiene esto en mente, todavía estamos metidos en una guerra en Afganistán».

EE UU ya anunció en junio haber constatado que el Gobierno sirio había utilizado armas químicas en pequeñas cantidades, pero si se confirma que también perpetró el ataque de la madrugada del miércoles, «eso empieza a tocar el meollo de algunos intereses nacionales clave, tanto en asegurarnos de que no proliferan las armas de destrucción masiva como la necesidad de proteger a nuestros aliados y nuestras bases en la región».

Según The New York Times, los partidarios de la acción en la Casa Blanca sugirieron el jueves un abanico de acciones militares que van desde lanzar misiles Tomahawks desde uno de los dos destructores anclado en el Mediterráneo hasta una campaña aérea sostenida. El objetivo serían misiles o baterías que puedan ser utilizadas para lanzar municiones químicas o gas sarín, así como puntos de comunicaciones e instalaciones de apoyo, que podrían incluir edificios gubernamentales.

Dudas

Países como Francia, Turquía e Israel han anunciado tácitamente su apoyo a una acción militar, pero en privado numerosos diplomáticos europeos admiten que el mundo no tiene estómago para otra guerra en Oriente Próximo. En casa, el apoyo no es mayor, pero las imágenes de Ghuta están teniendo sus efectos. Ayer The New York Times confesaba un cambio de posición con un editorial titulado 'Los cuerpos en Siria', sobre lo que puede ser la mayor masacre con armas químicas desde los tiempos de Sadam Hussein. «La credibilidad del presidente Obama está en juego. En diferentes comentarios desde agosto pasado dijo que el uso de armas químicas sería 'totalmente inaceptable' y, en un movimiento poco astuto, pintó una línea roja advirtiendo a El-Asad que si usaba esas armas 'habría consecuencias'», recordó el rotativo, que por una vez coincidía con las críticas de la oposición republicana. «Hemos apoyado el acercamiento cauto de Obama a Siria, su falta de ganas para embrollar a EE UU en otra guerra en Oriente Próximo y su pulso por una solución negociada que tanto Rusia como El-Asad siguen frustrando. Pero el uso de armas químicas sería una escalada escalofriante», concluyó el rotativo.

La decisión dependerá de las conclusiones que saquen los investigadores de la ONU, que esperan en Damasco permiso del Gobierno sirio para acercarse a la zona atacada. Hasta Rusia recomendó ayer al gobierno de El-Asad que coopere en la investigación, no sin antes achacar las trabas a los rebeldes. «No se me ocurre ninguna buena razón por la que alguna de las partes -ya sea el régimen o la oposición- pudiera rechazar la oportunidad de que se sepa la verdad en este tema», objetó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, desde Seúl.