El nuevo Egipto abre la puerta a Mubarak
Un tribunal ordena la libertad condicional para el exdictador al superarse el tiempo máximo legal de prisión preventiva
EL CAIRO.Actualizado:El relevo en la prisión de Tora, en el sur de El Cairo, muestra el cambio que está viviendo Egipto desde el golpe militar del 3 de julio contra Mohamed Mursi. Apenas unas horas después del ingreso en este centro de Mohamed Badie, Al-Morshed (guía) de los Hermanos Musulmanes, un tribunal de la capital ordenaba la puesta en libertad provisional de Hosni Mubarak. El lunes retiraron los cargos en su contra en uno de los dos juicios por corrupción que tenía pendientes y ayer ocurrió lo mismo con el segundo.
Anteriormente ya se le había concedido la libertad condicional en otras causas, pero la Fiscalía formuló nuevas acusaciones para mantenerlo entre rejas. Algo que no ocurrirá esta vez, según adelantó el magistrado Ahmed el-Bahrawi, quien insistió en que «la decisión de liberar a Mubarak es definitiva y la Fiscalía no puede apelarla». Estas palabras las pronunció después de que el tribunal, reunido de urgencia en la prisión durante toda la mañana, aceptara el recurso presentado por su abogado, Fareed el-Deeb.
El exdictador ha superado el tiempo máximo legal de prisión preventiva y puede salir a la calle en las próximas horas, pero tiene que ser juzgado de nuevo por la acusación de ordenar la muerte de manifestantes durante las protestas de principios de 2011 que llevaron a su caída después de tres décadas al frente del país. Mubarak fue condenado a cadena perpetua el año pasado por este caso, pero un tribunal aceptó su apelación y ordenó que se repitiera un juicio que vivirá su primera jornada el domingo, el mismo día en el que también están llamados a declarar los integrantes de la cúpula de los Hermanos Musulmanes detenidos los últimos días por una acusación similar a la de Mubarak. La Justicia acusa a los líderes de la Hermandad de «incitar al asesinato» de manifestantes anti Mohamed Mursi.
La liberación del exdictador eclipsó el aniversario de la primera semana desde los brutales desalojos de las acampadas islamistas en El Cairo. Las autoridades trabajan contra reloj en la limpieza de las plazas de Nahda y Rabaa al-Adawiya, lugares que parecen en tan solo siete días sacados de una historia lejana. Una historia que sigue dejando detenciones de partidarios de Mursi: los últimos en caer fueron el religioso Safwat Hegazy y Murad Ali, portavoz del Partido Libertad y Justicia (PLJ).
Este país, en estado de emergencia y bajo el toque de queda, vive ahora además pendiente de la fecha en la que Mubarak saldrá de la prisión de Tora. «Puede que salga mañana» (por hoy), reveló su abogado a los periodistas que aguardaban la decisión a las puertas de esta prisión donde por unas horas han convivido Mubarak, Mohamed Badie y sus dos lugartenientes en la Cofradía, Jairat al Shater y Rashad Bayumi. La reacción de los Hermanos Musulmanes a la decisión judicial vino de Mohamed el-Beltagi, dirigente en búsqueda y captura, para quien «la liberación de Mubarak es el peor momento desde el golpe del 3 de julio y supone el remate de la revolución de enero de 2011 con la que acabamos con su dictadura».
Los canales estatales conectaron en directo con la prisión y entre los comentaristas la opinión generalizada era la del respeto a la medida de la Justicia. Lo mismo ocurrió entre representantes de la bautizada como 'revolución del 30 de junio', que acabó con Mursi. Mina Thabet, líder del movimiento copto Unión de Jóvenes Maspero, se mostraba «no contento» con la noticia, pero «hay que aceptarlo, estamos intentando hacer un modelo de país donde la Justicia sea independiente y si se ha decidido eso es porque no tienen suficientes pruebas para mantenerlo encerrado. El error ha sido de las administraciones corruptas que hemos tenidos desde 2011, incapaces de reunir las pruebas suficientes contra Mubarak». Thabet también reconoce que «los militares siempre han protegido al expresidente».
Por otra parte, en Egipto no esperaron a conocer las sanciones europeas para reaccionar. El primer ministro Hazem Beblaui concedió una entrevista a la cadena ABC en la que confesó «no tener miedo» ante la decisión de Bruselas y se mostró seguro de que «lograremos sobrevivir». Beblaui habla con la seguridad que aporta el apoyo firme de socios del Golfo Pérsico como Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, que ya han enviado una parte de los 12.000 millones de dólares en ayudas prometidos tras el golpe.
Apoyo saudí
El jefe de la diplomacia saudí, príncipe Saud al-Fayçal, expresó en una declaración a la agencia AFP el deseo de que la comunidad internacional «apoye los esfuerzos del gobierno egipcio» y se «abstenga de cualquier medida o política que impida tales esfuerzos». Un mensaje directo a los ministros de la UE.
Las autoridades interinas no ocultan su descontento por las condenas recibidas por parte de la comunidad internacional debido al uso desproporcionado de la fuerza en las calles. El ministro egipcio de Exteriores, Nabil Fahmi, acusó a Occidente de «falta de conocimiento de la realidad» y de no criticar ni condenar «a la parte que planea, instiga y perpetra acciones terroristas», en referencia a los Hermanos Musulmanes. Una crítica extensible a los medios de información internacionales que, según Fahmi, no «ofrecen la imagen real de lo que pasa en las calles».