2.000 piezas intervenidas en una operación contra el expolio arqueológico
MADRID.Actualizado:Un detenido y más de dos millares de piezas arqueológicas intervenidas por la Guardia Civil es el resultado de la segunda fase de la operación 'Helmtet', una nueva y exitosa intervención contra el expolio del patrimonio nacional y el sistemático saqueo de los yacimientos arqueológicos. El detenido está acusado de la apropiación de las más de 2.000 piezas arqueológicas que coleccionaba ilegalmente, y que según la Benemérita son de «gran importancia histórica y científica». La investigación es continuación de la operación iniciada por la Guardia Civil en marzo, tras constatar que varios cascos celtibéricos de los siglos IV y II a. C. procedentes de expolio en el yacimiento de la ciudad celtibérica de Arátikos, próxima a la localidad de Aranda de Moncayo (Zaragoza), se pretendían subastar de forma ilegal en Alemania.
La nueva operación, desarrollada en la provincia de Zaragoza, culmina con la detención de una persona a la que se le imputa un presunto delito contra el patrimonio histórico. Entre las más de 2.000 piezas que atesoraba había puntas de lanza y de flecha, espadas, monedas, cerámicas y restos de otro casco celtibérico. Fueron halladas «en los registros practicados en una ebanistería y en dos domicilios» en los que también se localizó «gran cantidad de mapas cartográficos sobre zonas o yacimientos arqueológicos».
La mayoría de los objetos intervenidos proceden de yacimientos arqueológicos de Aragón y zonas limítrofes. Las piezas recuperadas datan de varias épocas y culturas que estuvieron asentadas en la península. Tras la paralización de la subasta de los cascos en Alemania a petición de las autoridades españolas, la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo dirigió la primera fase de la operación 'Helmet'. La Guardia Civil recuperó entonces más de 4.000 valiosas piezas arqueológicas pertenecientes a diversas culturas, en especial del periodo celtíbero peninsular, entre los que destacaban joyas y otras piezas propias de los enterramientos de guerreros.
Se detuvo entonces a la persona que durante largos años había saqueado varios yacimientos arqueológicos. Se trataba del jubilado Ricardo Granado Pérez, quien armado con un simple detector de metales perpetró durante dos décadas uno de los mayores expolios arqueológicos conocidos tanto en Arátikos como en los yacimientos de Tiermes y en los alrededores de Numancia, ambos en Soria.