El instante que cambió sus vidas

El 1 de agosto de 1976 el circuito de Nurburgring acoge el Gran Premio de Fórmula 1 de Alemania bajo una pertinaz lluvia que pone en peligro la carrera. El líder del mundial, el austriaco Niki Lauda, reúne al resto de los pilotos para proponer la suspensión de la carrera; sin embargo, la tajante negativa de James Hunt los convence. Lauda con su Ferrari y Hunt con su Mercedes se posicionan en las primeras filas de la parrilla. Solo pasan dos vueltas cuando el coche de Lauda se estrella y arde, ocasionándole graves quemaduras en la cara y la cabeza. Ese es el momento en el que empieza la leyenda de uno de los mejores pilotos de la historia.

Durante los días que permaneció postrado en la cama entre la vida y la muerte, Lauda no perdió detalle de lo que en los circuitos estaba haciendo su máximo rival, Hunt. Esa rabia por ver como carrera tras carrera las victorias se iban del lado del playboy de las pistas hizo que apenas 42 días después volviese a subirse a su monoplaza en Monza. «Eres igual de responsable del accidente que de haberme hecho volver a correr», le confesó Lauda a Hunt. Fue un regreso difícil, y el miedo a sufrir un accidente o no estar lo suficientemente preparado le impidió coger el ritmo.

Volvía a haber campeonato y el lluvioso Gran Premio de Japón fue el juez del mundial. Lauda llegó con una ligera ventaja, pero el miedo se apoderó de él. El accidente estaba cerca. Las secuelas, demasiado recientes. Lauda abanandonó antes de lo debido, dejando en bandeja el título mundial al piloto inglés por un solo punto. Ese fue el día en el que Lauda se convirtió en humano.

Para recordar esta historia de rivalidad que empezó en la Fórmula 3, el director Ron Howard recrea la temporada de 1976 y los primeros pasos de ambos pilotos en 'Rush', que se estrena el 20 de septiembre. Daniel Bürhl y Chris Hemsworth dan vida al metódico Lauda y al fiestero Hunt, dos personajes que no podrían ser más diferentes pero que se necesitaban para seguir adelante y luchar por cada curva. «Es la combinación rara de unos personajes muy ricos con sus vidas personales fuera de las pistas y unos giros sorprendentes», confiesa Howard.

Prensa y fans

Era la época más glamurosa de la Fórmula 1 en la que las ruedas de prensa se realizaban en una carpa con los gritos de los fans de fondo, los tiempos se medían con cronómetros, y el duelo entre ambos copaba las televisiones y periódicos de la época. Aparentemente no tenían nada en común: Hunt era el intrépido y Lauda, un genio poniendo a punto los coches. Sin embargo ambos fueron repudiados por sus familias. No querían que sus apellidos se asociaran a ese deporte. Preferían que siguieran la estela familiar de médicos, políticos y economistas. Dos historias paralelas con un final diferente, en el que «el mundo de fuera no pone a prueba a estas dos personas, sino que son ellas quienes deciden ponerse a prueba a sí mismos», relata Howard.

El final de la impactante, emocionante y extraña temporada fue lo más complicado de grabar. «Implicaba mucho riesgo para los pilotos. Estábamos rodando en Inglaterra y cada vez que llovía me imagina que era Japón. Tuve que utilizar toda mi experiencia para contar lo que estaba pasando con los personajes, al mismo tiempo que recreaba algo muy visceral y con mucha acción para los espectadores», explica el oscarizado director de 'Una mente maravillosa'.

Han pasado 37 años desde que las gradas se dividieran entre los tifosi de Ferrari que animaban a Lauda y los aficionados de McLaren que gritaban el nombre de Hunt, pero la magia y el encanto que envolvía a aquella época dorada de la Fórmula 1 siguen vigentes.