«No soy tonta ni muchísimo menos, ¿eh?»
MADRID.Actualizado:El último informe de la UDEF sobre el papel de Rosalía Iglesia en la trama de blanqueo de capitales de su marido incorpora la transcripción íntegra de la declaración de la esposa el pasado 27 de junio en la Audiencia Nacional. Iglesias llegó al extremo de asegurar que jamás, hasta que llegó la comisión rogatoria de Suiza, supo que su cónyuge gestionaba una fortuna en cuentas del país helvético, aunque algunas de ellas estaban a nombre de la supuesta restauradora de muebles.
«Tengo una confianza absoluta en mi marido. Siempre ha tenido una manera muy buena de gestionar las cosas y por supuesto no le iba a cuestionar yo», señaló en un momento de la declaración cuando se le interrogó sobre esas cuentas. «No sé lo que pueda ser suyo, lo que pueda ser mío, tiene mi autorización, mi beneplácito. todo y por supuesto mi firma porque tengo una confianza plena en él», respondió cuando le preguntaron cómo es que no sabía que poseía depósitos a su propio nombre en Suiza.
«No soy tonta ni muchísimo menos, ¿eh? Pero en mi casa, en mi familia, en la familia que nosotros hemos formado, hay como una distribución de papeles: todos los temas económicos los llevaba mi marido», llegó a tratar de disculparse, cuando el juez empezó a enfadarse después de que la imputada afirmara sin sonrojo que no sabía que las visitas de su marido en Suiza, en las que ella le acompañaba, eran a entidades financieras y no viajes de placer. «Me decía que tenía que hacer una gestión. Yo me quedaba dando un paseo o le acompañaba, pero a ningún banco, sino a unas oficinas en las que me presentaban a unas personas y yo me quedaba en una salita esperando a que terminase», fue la curiosa explicación de Rosalía Iglesias.
En otro momento del surrealista interrogatorio la imputada intentó justificar el hecho de que jamás se cuestionara el origen del inmenso patrimonio familiar. «Yo he conocido a mi marido con un tipo de vida, con sus negocios, con su puesto dentro del Partido Popular y haciendo un tipo de vida que no ha variado nunca». «Por eso -prosiguió- yo nunca pregunté. Es que tengo una confianza total y absoluta en él. Y lo digo delante de usted señoría y lo digo delante de quien lo tenga que decir. Durante cuatro años y medio, después de todo lo que he oído, he visto y he de todo, no se ha desdibujado la imagen de mi marido ni un segundo», fue el 'romántico' alegato de Iglesias en favor de su marido, ahora en la cárcel.