El fantasma de la FED
El Ibex baja un 0,59% al cierre y ha terminado la jornada salvando a duras penas los 8.700 puntos
MADRID Actualizado: Guardara apertura a la baja de Wall Street terminó de sentenciar a los índices europeos, que ya desde por la mañana caminaban a la baja. No es que los datos que se conocieron al otro lado del Atlántico fueran terribles. No, al contrario. Porque, por ejemplo, el paro semanal bajó desde las 335.000 nuevas solicitudes semanales de subsidios por desempleo hasta las 320.000, cuando se esperaba que se mantuvieran estables. La cifra es, además, la mejor desde el mes de octubre de 2007, la mejor en casi seis años. Buenos datos de empleo, pero regulares del sector manufacturero. La producción industrial se paralizó en julio, cuando los expertos esperaban un crecimiento del 0,3%. Y el porcentaje de uso de la capacidad instalada bajó desde el 77,7% hasta el 77,6%, cuando los analistas habían previsto que se mantuviera estable. Además, el índice de actividad de la Fed de Nueva York bajó en agosto desde los 9,46 hasta los 8,24 puntos, pero los expertos habían anticipado un ligero repunte hasta los 10 puntos. Tampoco la Fed de Filadelfia dio buenas referencias sobre la situación de los negocios. Pero el sector de la construcción no dejó solo al empleo en la batería de buenas referencias económicas: el índice NAHB, que mide la confianza de los promotores inmobiliarios, subió desde los 56 hasta los 59 puntos por sorpresa.
Sea como sea, los índices de Wall Street comenzaron la sesión a la baja y con descensos muy significativos, además. Y ello animó las ventas y la recogida de beneficios en Europa, que ya habían comenzado desde primera hora de la mañana.
Bien es cierto que, en los últimos compases de la jornada, las pérdidas del Ibex-35 se redujeron mucho. El indicador llegó a caer más de un 1,5%, para tocar mínimos por debajo de los 8.650 en el peor momento del día. Al cierre, el indicador daba un último cambio en los 8.737,60 puntos tras retroceder un 0,59%. Como seguimos intuyendo, los 8.700 puntos constituyen un sólido soporte para el indicador. Así se ha demostrado en las últimas sesiones.
Sólo media docena de valores del Ibex-35 en verde
De todas maneras, muy pocos valores del selectivo aguantaron en verde hasta el final. El que más subió fue BME, que ganó un 0,77%. A continuación, el Sabadell, que se apuntó un 0,70%. Ebro, por su parte, se revalorizó un 0,67%. ACS avanzó un 0,37%. Completaron la lista de valores en verde dos de los grandes, Inditex e Iberdrola, que sumaron un 0,14% y un 0,12%, respectivamente.
En negativo, los peores fueron Sacyr, IAG, ArcelorMittal, Dia y FCC, los cinco con pérdidas de más de un 2%. Entre los grandes valores, el que más cayó fue el Santander, que retrocedió un 1,20%. BBVA cayó prácticamente la mitad; Telefónica, un 0,37%, y Repsol, un 0,19%.
Fuera del selectivo español, Uralita encabezó los ascensos, con una subida superior al 5%. Le siguieron Adolfo Domínguez y Abengoa, con ganancias de más de un 4%. En el otro lado de la tabla, Almirall, que se hundió un 8,52%, después de que la compañía haya retrasado la presentación a registro en el regulador de los medicamentos en Estados Unidos de su medicamentos para tratar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Se esperaba que se produjera en el último trimestre de este año.
En el Viejo Continente, el índice más castigado por las ventas fue el Ftse 100 británico, que retrocedió un 1,58%. Le siguió, pero lejos, el Dax alemán, que se dejó un 0,73%. El Cac 40 francés cayó algo más de medio punto porcentual. La Bolsa italiana ayer permaneció cerrada por festivo.
La buena marcha de los datos de empleo hace pensar que la Reserva Federal norteamericana reducirá ya desde el mes de septiembre la compra de deuda. Eso es lo que hace intuir también el comportamiento de los bonos, que se han convertido en el mejor termómetro de los ánimos del mercado. La rentabilidad de la deuda americana a diez años subió desde el 2,70% hasta el 2,77% en la sesión de ayer, su nivel más elevado en dos años. Y lo que estaría descontando es una retirada de la Fed como compradora de activos de deuda pública americana. Aunque sigue habiendo voces en contra. Por ejemplo, la del presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, que dice que éste, el de la subida de las rentabilidades de los bonos, es un fenómeno preocupante e insistió en que la Fed debería tener más evidencias de que el crecimiento económico se está acelerando y de que la inflación anual retornará al 2% antes de decidir la reducción de las compras de bonos.
Además, desde el lado corporativo, afectaron negativamente los resultados presentados por Cisco y por Wal-Mart.
Egipto también mete miedo
El mercado también parece nervioso por la escalada de la violencia en Egipto entre el Ejército y los partidarios de los Hermanos Musulmanes y que ya ha provocado que el presidente de EE.UU., Barack Obama, haya realizado declaraciones, para afirmar que Estados Unidos no se pondrá del lado de ninguna de los dos bandos en conflicto. Aunque el impacto en el mercado de materias primas fue bastante limitado, éste mostró veladamente el temor existente a posibles problemas de suministro de crudo. El barril de Brent, de referencia en Europa, subió un 0,74%, para superar los 111 dólares. El de West Texas, de referencia en Estados Unidos, conquistaba los 107, tras ganar cerca de medio punto porcentual. Los metales, en cambio, cotizaban a la baja, coherentemente con unas expectativas de menor liquidez en el mercado. El cobre caía algo más de un 1%. El oro, un 0,64%.
Desde Japón tampoco venían buenas noticias: el índice Nikkei sufrió un descenso de más de un 2% después de que el ministro de Finanzas del país, Taro Aso, negara que el primer ministro, Shinzo Abe, esté considerando una rebaja de los impuestos a las empresas, rumor que ha estado detrás de las subidas del indicador japonés en las últimas sesiones.
La subida de la rentabilidad del bono americano a diez años se contagió al bono alemán. Ambos activos están muy correlacionados. Así, el rendimiento del "bund" subió desde el 1,82% hasta el 1,88%. Con ello, la prima de riesgo de la deuda española volvió a estrecharse hasta los 257 puntos básicos, marcando otro mínimo, y eso que el rendimiento de los bonos españoles a diez años volvió a repuntar ligeramente hasta el 4,45%. Como han destacado los analistas en los últimos días, a la deuda española le está costando reducir su rentabilidad y la mejora del diferencial se debe, casi únicamente al comportamiento de la deuda alemana.
En el mercado de divisas, el euro cayó ligeramente con respecto al dólar, pero se mantenía en el entorno de 1,3252 unidades.