García-Margallo, un 'halcón' para el conflicto de Gibraltar
El ministro se muestra firme ante el Peñón y asegura que no lo pisará hasta que ondee la bandera española
MADRID. Actualizado: GuardarPocos ministros han hecho tan propia la causa de la recuperación de Gibraltar como el actual titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Tanto que se ha convertido en uno de los principales enemigos públicos de las autoridades del Peñón, que en sus comparecencias públicas empeñan fuerzas tanto en alabar a su predecesor en el cargo, Miguel Ángel Moratinos, como en criticar al actual ministro. Bajo la tutela del político socialista se constituyó el Foro Tripartito -mesa de negociación formada por España, Reino Unido y Gibraltar- y se abrió un periodo de diálogo fluido. Nada más llegar al cargo, en diciembre de 2011, García-Margallo anunció que las concesiones desde el Gobierno al Peñón habían terminado. Una de sus primeras decisiones fue liquidar el Foro Tripartito que, por otra parte, antes Trinidad Jiménez -la sucesora de Moratinos- ya no había vuelto a convocar. Una decisión en la que también influyó la sustitución como ministro principal de la colonia de Peter Caruana por Fabian Picardo, mucho más beligerante hacia las propuestas e intereses españoles.
Su estreno en Bruselas lo hizo de manera informal y de broma, cuando tras una comparecencia ante periodistas del Parlamento Europeo se encontró con un eurodiputado británico y le espetó «Gibraltar, español». Un mes después, García-Margallo pronunció en su primer encuentro con su homólogo británico William Hague un tajante «está broma se ha terminado». «Los gibraltareños se empeñan en hablar de soberanía, de jurisdicción, de las cosas que corresponde hablar a los mayores. De jurisdicción y soberanía hablan España y Reino Unido», justificó entonces. A lo largo del más de año y medio que ha transcurrido desde aquellas palabras, García-Margallo no ha rebajado la firmeza de su discurso ante la colonia. «No pisaré Gibraltar mientras no haya una bandera española», ha dicho.
«Se acabó el recreo»
Bajo su batuta, la diplomacia también ha endurecido su posición ante las reivindicaciones de la colonia. Tras la reciente admisión de la selección de Gibraltar en las competiciones, fue explícito: «El Gobierno se seguirá oponiendo con todos los medios jurídicos a la celebración de competiciones deportivas oficiales entre las selecciones de España y los combinados deportivos de la colonia de Gibraltar».
También ha mostrado pertenecer al núcleo duro del Gobierno en lo que a Gibraltar se refiere en las declaraciones referentes al conflicto entre los pescadores españoles y las autoridades gibraltareñas. En varias ocasiones el ministro ha advertido de que la Guardia Civil protegerá los barcos gaditanos que faenan en aguas de la bahía de Algeciras frente a cualquier amenaza, en alusión al acoso que en numerosas ocasiones han sufrido por parte de la Policía del Peñón.
Su última advertencia hacia al Peñón ha sido la posibilidad de vetar el espacio aéreo a los aviones que se dirijan al aeropuerto de Gibraltar o establecer una tasa de 50 euros en la entrada y salida de la colonia. Una vez más acompañó sus amenazas con una frase: «Con Gibraltar se ha acabado el recreo de la época de Moratinos».