pan y circo

Profesionalizar

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Cantera, cantera y cantera. Se nos llena la boca a todos cuando pronunciamos esa bendita palabra y, como si de una varita mágica se tratase, su palabra parace solucionar todos los problemas de cualquier club de un plumazo. Así, si un equipo profesional anda falto de dinero para fichar, no pasa nada, tiramos de cantera, -dicen-. Si el equipo va mal clasificado y pierde un partido de forma estrepitosa: «Que quiten a esos matados y pongan a once canteranos» - se escucha desde la grada-.

Pero, ¿realmente confiamos en la cantera?, ¿realmente la cuidamos?, ¿se ponen los medios necesarios, tanto materiales como humanos para que realmente funcione la cantera? Son muchos factores los que influyen en cualquier joven que ingresa en las categorías inferiores de cualquier club hasta que da el salto al primer equipo, y precisamente por eso, cuando más profesional sean las distintas áreas que componen las categorías inferiores (observadores, responsables, entrenadores, preparadores físicos...), mayor será el exito final.

La profesionalidad de los distintos técnicos que forman los escalafones inferiores, desde luego, está fuera de toda duda. A muchos se les olvida que pasan diariamente muchas horas en esos campos de las distintas ciudades deportivas, preparando el entreno, preocupados por sus jugadores y, sobre todo, educando a personas en valores para afrontar la vida fuera del ámbito deportivo. Todas esas horas, toda esa dedicación, ¿está realmente pagada como un profesional?

Por desgracia para tantas y tantas personas que se dedican al fútbol base, están realizando un trabajo a nivel profesional... pero pagado a nivel de un hobby. El club siempre es el gran beneficiado de ese trabajo, poco sueldo y grandes resultados, bien a nivel de futbolistas o bien a nivel de ventas. Quizá, algún día no muy lejano, se pueda alcalzar la plena profesionalidad en el fútbol base.