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La colección de tu vida

Series, películas, deportes e historia son los protagonistas de unos álbumes que se fijaron en la memoria de muchas generaciones Un libro repasa la infancia de los jóvenes españoles cromo a cromo

PILAR MANZANARES
MADRID.Actualizado:

«Sí le, sí le, sí le, no le.». Quizá este era uno de los estribillos de patio de colegio más escuchados en unos tiempos en los que los cromos causaban furor entre los niños. Pero aunque la época haya cambiado, aún hoy se hacen colecciones, ahora en adhesivos y hasta digitales. Cambiar, comprar y pegar se convirtieron en actividades que llenaban los momentos de ocio de muchos pequeños, y de no pocos adultos. Aunque estos últimos son más de pagar por esa joya que les falta en su álbum, tal y como demuestran algunas escalofriantes cifras que se manejan entre los coleccionistas. No hay que olvidar el cromo de béisbol de 1911 del jugador Honus Wagner, que en 2007 fue adquirido por 1,7 millones de euros en California, de manera que se convirtió en el cromo más caro de la historia. O los cien mil dólares que cerraron una puja en Christie's en 1987 por un álbum francés de minerales y rocas también de principios del siglo XX.

A todas estas estampas que alegraron la vida de muchos está dedicado 'La vida en cromos', un curiosísimo libro que pasea por la historia y las colecciones de un entretenimiento que, según cuentan las crónicas, ya se conocía en la Baja Mesopotamia, donde los jóvenes sumerios intercambiaban ilustraciones talladas en madera o grabadas en cerámica hace más de tres mil años.

Con todo, y como cuenta su autor, Javier Matesanz, es el sello postal el que se considera el antecedente más lógico del cromo: «Los primeros fueron emitidos por el servicio de correos británico a mediados de la década de los treinta del pasado siglo XIX, poco antes de la aparición en Europa de los primeros cromos tal y como se conocen», explica.

Con chocolate

¿Qué mejor merienda que una tableta que además regala cromos? Algo parecido debieron de pensar los responsables del acertado marketing de los chocolates Poulain, en Francia, responsables de la primera distribución masiva y posteriormente copiados por empresas como Nestlé, Danone, Yoplait o Panrico, que popularizaron esta moda en España, como también hicieron editoriales del tipo de Maga, Bruguera o Ediciones Mateu.

Claro que no todo era entretenimiento y los álbumes comenzaron a vender su labor educativa. Aún habrá quien recuerde la 'Historia de España' de cinco volúmenes que en la época franquista se vendía como «la historia contada sin aridez alguna, sino sembrada de episodios seductores y de espléndidos cromos al alcance de todos».

En la misma línea la prensa, convencida de que su misión era educar a la par que informar, se unió a la moda. Así, el diario 'La Voz de Cantabria' regaló a sus lectores durante la Segunda República el álbum 'Cultura española', una suerte de libro de texto con estampitas que se sumaba a un negocio muy lucrativo que también benefició a otros. Y si no, pensemos en el ejemplo del manchego Gregorio Imedio y su pegamento transparente y fácil de aplicar que tanto simplificó la labor de poner los cromos en el álbum.

Pero con el coleccionismo llegó la pesadilla de muchos. Los cromos 'repes'. Afortunadamente, algunos editores se apiadaban del consumidor y permitían canjear varios 'repes' por uno a elegir, por un regalo sorpresa o incluso comprar el que faltara por unos 30 céntimos.

Fher y Panini

Famosísimas llegaron a ser, y una aún conserva su legado, las editoriales Fher y Panini. La primera fue fundada en Bilbao en 1937, en plena Guerra Civil, por los hermanos Fuentes, de cuyo apellido y parentesco surgía el acrónimo que dio nombre a la empresa.

Además de cromos y cómics diversificaron su oferta hasta llegar a los libros juveniles y de corte didáctico y las muñecas recortables. Uno de sus álbumes míticos, 'Superman. The movie', un exitazo que a muchos les gustaría recuperar, y 'Banner y Flappi', quizá su último gran logro infantil.

Mientras, Panini sigue hoy liderando el mercado. Llegaron a España siendo «los reyes de los cromos deportivos». Y muchos aún conservarán álbumes como el de 'la Liga de Fútbol 79-80', su primer producto de aceptación masiva.

En 'La vida en cromos' Lluís Torrent, uno de los máximos responsables de Panini España, cuenta que una de las colecciones que más les ha costado conseguir es 'Bola de Dragón Z', pero tras un año de acuerdos les reportó la venta de 36 millones de sobres solo en Cataluña.

En cuanto a las temáticas que mejor funcionan, según el editor, las franquicias de películas como Harry Potter y, sin duda, el fútbol. Y es que estas 'enganchan' hasta a los futbolistas. «Carles Puyol nos aseguró que tanto en la selección española como en el Barcelona muchos jugadores se picaban para ver quién acababa primero la colección», explica. Otro fan es Andrés Iniesta, quien tras la promoción de un producto pidió la colección completa de 'Oliver y Benji'. Eso sí, con los cromos aparte: «Me gustaría pegarlos yo mismo». Y es que al final esas estampitas con las que tantos años pasamos son recuerdos que fijamos no solo en las paginas de un álbum, sino en la memoria.