Piqué deja la presidencia de Vueling tras asumir IAG su control
Otros seis directivos dejan la principal aerolínea de bajo coste español, una de las pocas que ha logrado aumentar capacidad pese a la crisis
MADRIDActualizado:«Adaptarse a una nueva realidad fuera del mercado bursátil». Así han justificado desde Vueling la salida en bloque de la mayoría de miembros del consejo de administración –siete de un total de 12, incluido el propio presidente, Josep Piqué–, que sitúa al frente de la aerolínea de bajo coste a quien hasta ahora era su 'número dos' y consejero delegado (CEO), Alex Cruz.
Su marcha se materializará en los próximos días, una vez que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha dado por cerrada la OPA de exclusión presentada por el grupo IAG sobre la parte de Vueling que aún no controlaba (ahora tiene el 97,52%). El viernes dejó de cotizar, lo que ha dejado en una especie de limbo jurídico al 2,5% de los antiguos accionistas que no acudieron a la oferta de 9,25 euros por título, con una prima de casi el 10% respecto a su valor a mediados de julio –aunque respecto a su estreno en Bolsa en diciembre de 2006 se han depreciado un 73%–, al no poder colocar ya sus participaciones.
El control absoluto que ostentará el 'holding' donde son socias Iberia y British Airways obligará a modificar las funciones en la cúpula de Vueling, con un consejo –cuya retribución conjunta alcanzaba el millón de euros, sin contar al CEO- «puramente interno, más operativo y focalizado en el día a día». Nada firme se sabe aún sobre el futuro de Piqué, que seguirá compaginando la presidencia del Círculo de Economía de Cataluña con la labor en su consultora Pangea 21 y su puesto de consejero en algunas empresas. Meses atrás llegó a sonar incluso como posible nuevo presidente de Iberia en sustitución de Antonio Vázquez, hipótesis que él mismo descartó.
Vueling facturó 1.103 millones de euros en 2012, con un beneficio de 28 millones. En el segundo trimestre de este año fue de las pocas aerolíneas que pudo aumentar capacidad (+15%), pese a una demanda nacional débil –cayó un -5%– por la recesión económica, gracias al mercado alemán y escandinavo.