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Galván, en el momento de ser detenido. En el recuadro, su DNI. :: EFE / R. C.
ESPAÑA

El rastro murciano de Galván se alarga

El pederasta llegó a la ciudad en los años ochenta y residió en tres barrios distintos antes de comprar una casa en Torrevieja

A. NEGRE
MURCIA.Actualizado:

Daniel Galván Viña llevaba décadas vinculado a la Región de Murcia e, incluso, le sirvió de hogar. El pederasta, encarcelado tras ser erróneamente indultado por el Rey marroquí, ya paseaba por esta comunidad en los años 80 y llegó a vivir, al menos, en tres domicilios distintos en la capital murciana. Según ha podido saber este diario, en aquella época el iraquí, nacionalizado en España tras contraer matrimonio con una española -de la que más tarde se divorció-, ya trató de conseguir una plaza para realizar una tesis doctoral en la Universidad de Murcia (UMU), centro en el que terminaría trabajando años después.

Galván Viña, que había obtenido el título de Biología en los años 70 en la Universidad de Bassora, en su Irak natal, inició trámites en la UMU en los años 80 para tratar de hacer un doctorado en esta materia. Pese a que su titulación fue convalidada en España, el pederasta no llegó a iniciar su tesis en la universidad murciana. El pedófilo, sin embargo, sí terminó entrando en el centro docente, aunque con una función muy diferente.

En la treintena

Por aquella época, Galván Viña se encontraba en la treintena y hacía poco que había llegado a España -se trasladó al país en 1976-. Según ha podido saber este diario, este iraquí residió, al menos, en tres domicilios diferentes durante su estancia en Murcia. Más tarde, ya en el año 1996, Galván Viña compró una vivienda en Torrevieja, en el modesto barrio de San Roque, muy cerca de un colegio público.

Un vecino de esta zona ha presentado esta semana una denuncia contra él por someter presuntamente a abusos sexuales a su hija en aquella época, cuando la menor tenía entre cinco y siete años de edad. El juez decano de Torrevieja ya ha recibido esta denuncia y, según informaba ayer Efe, está a la espera de su reparto a un juzgado de la población para que se haga cargo de la instrucción de la causa.

Fue precisamente en el año 1996 cuando Galván Viña volvió a tocar a la puerta de la UMU, en este caso para optar a una plaza de becario en el área de Relaciones Internacionales. Tenía 46 años y como principal baza sus conocimientos de idiomas.

El pederasta permaneció en el centro hasta el año 2002, primero como becario y más tarde con un contrato como administrativo. Su trabajo consistía principalmente en coordinar proyectos de cooperación con universidades del Norte de África y facilitar la movilidad de profesores y estudiantes.

En 2002, la universidad convocó oposiciones para cubrir las plazas de trabajadores eventuales, como la de Galván. Según explicaron fuentes de la universidad, este decidió no presentarse. Nadie volvió a saber nada de él.