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El director mexicano Guillermo del Toro estrena 'Pacific Rim', su nueva película. :: PAUL BUCK / EFE
Sociedad

«A mis frustraciones me enfrento con trabajo»

El mexicano estrena 'Pacific Rim', donde el miedo se mezcla con acción, monstruos y mitología marina Guillermo del Toro Director

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Desde que ganó el Premio de la Crítica en el Festival de Cannes en 1993 con la película 'Cronos', el director mexicano Guillermo del Toro se ha convertido en un realizador icono de la cultura del miedo. Su maravilloso 'El laberinto del fauno' dejó tal resaca en Hollywood que la factoría de los sueños se obsesionó con su mundo fantástico. Del Toro sabe cómo provocar miedo desde la gran pantalla y cómo llegar a las emociones del espectador. El terror es el chile de su cine. Esta semana estrena 'Pacific Rim', donde al miedo se le añade, acción, monstruos y mitología marina.

-¿Por qué 'Pacific Rim'?

-La idea era hacer una película profundamente disfrutable, pensada en el niño de doce años que fui yo, al que le encantaban los robots gigantes, los monstruos, con la esperanza de que fuera una aventura para el público joven y un festín visual para el adulto.

-¿Hay elementos en 'Pacific Rim' que se repiten en el cine de Guillermo del Toro?

-Sí. Desde luego muestro algo en lo que creo fervientemente, y es que no tenemos nada en este mundo más que el uno al otro. Es decir, que no va a haber un solo país que salve al mundo, no va a ser una sola persona, todos juntos podemos salvar al mundo. No quería que fuera un país el que salvara al planeta. He querido representar a todos los países posibles, con diferentes mentalidades para salvar a la humanidad gracias al sacrificio.

-¿Se siente como un sello discográfico? Cuando se añade su nombre a una película, ya sea como guionista, director o productor, el público sabe lo que va a encontrar...

-No creo que yo sea una marca, sino un gusto adquirido. Alguien a quien le gustan los hostiones con chocolate. Yo me entrego completamente a las películas que produzco, porque siento una responsabilidad gigantesca con el público y si no les gusta, me pueden culpar a mí.

-Ha dicho que su carrera sucede mientras hace otros planes...

-Sí, totalmente. Mis últimos cinco años fueron muy accidentados. Estuve dos años en Nueva Zelanda preparando 'El Hobbit' y no la hice. Estuve otro año y medio preparando 'Las montañas de la locura', que llevo 17 años más o menos queriendo hacer, y no se hizo. Es muy importante para mí tener proyectos en paralelo. Sin 'Pacific Rim' se me hubiera ido otro año y medio en blanco y hubiera cumplido cincuenta años sin filmar.

-¿Cómo se enfrenta a sus frustraciones?

-Con trabajo. Yo ya sé que un director es como un pescador, el mejor pescado, el más grande, es el que se le escapó.

-¿Por qué cree que al público le gusta sentir miedo en el cine?

-El miedo es una emoción que nos conmueve tanto como la risa. Lo mismo disfrutamos de una comedia que de una cinta de terror. Forma parte de nuestra función social y nosotros tratamos de entretenernos porque en la vida real no hay muchas dosis de diversión, mucho menos en los tiempos que vivimos. El horror despierta nuestros instintos básicos.

-¿Por qué su afán de contar historias de miedo?

-Somos mamíferos. Pretendemos ser buenos cuando en realidad somos simples animales. Comemos, procreamos, dormimos y peleamos, todos nosotros lo hacemos en un grado más o menos. La forma en que lo hacemos es socializando esos instintos. La antropología dice que contar historias fue un hecho que apareció en la vida de los humanos cuando estos dejaron de ser nómadas y se convirtieron en sedentarios. Sentarse a esperar que un árbol diera sus frutos provocó en los humanos desarrollarse más allá de los instintos primarios. Después de encontrar comida y conseguir cobijo empezaron a alimentar el alma contando historias. Me fascina que una de las primeras cosas que hicieran los humanos fuera entretenerse, demuestra que contar historias es parte esencial del ser humano.

-En sus películas el miedo y la belleza van de la mano...

-Creo que el miedo es algo bellísimo. Todo lo que hago, lo hago porque creo en ello. Lo único que puedo decir con cierto orgullo es que las películas que he hecho, las que no he hecho y en las que he estado involucrado se han hecho o se han abandonado por las razones correctas. Nunca he tenido que hacer un filme determinado para ir a los Oscar. No he tenido que hacer un drama social para ir a Cannes. Lo que ha ocurrido en mi vida ha sucedido porque creo firmemente en lo que hago. He apostado por el miedo, que es una emoción bellísima, poética y sublime.

-¿Fue difícil el camino al éxito en Hollywood manteniendo el respeto del cine mexicano e hispano en general?

-Muy difícil. Lo que es curioso es que las nuevas generaciones ya tienen abierto un camino, que abrimos las generaciones anteriores y supongo que a nosotros nos lo abrieron los anteriores. Pero cuando yo llegué a Hollywood, la primera vez en el 92 o 93, era otro el panorama. No había un latino haciendo películas como 'Harry Potter', 'Hellboy' o 'Blade'.