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MUNDO

Rusia ya empieza a pagar el 'caso Snowden'

El presidente estadounidense considera que con esa actitud «caen en la manera de pensar de la Guerra Fría» Obama desaira a Putin al cancelar una visita de Estado en un gesto que Moscú recibe con «decepción»

JUAN PABLO NÓBREGA
NUEVA YORK.Actualizado:

Barack Obama tardó unos días en medir su respuesta a la concesión de asilo otorgada por Rusia a Edward Snowden, el ciudadano estadounidense acusado de espionaje que pasó semanas varado en el aeropuerto de Moscú. En juego se hallan no pocos asuntos de interés bilateral que podrían resultar seriamente dañados si los norteamericanos optaban por desempolvar el manual de agravios de la Guerra Fría. Al final, el presidente se ha inclinado por un gesto de calado y de impredecibles consecuencias: dar el portazo a Vladímir Putin en una reunión prevista para septiembre en la capital rusa. Legisladores demócratas y republicanos aplaudieron la decisión en una rara muestra de unanimidad. Los más preocupados por el futuro de las relaciones entre los dos países opinan que si Putin no entra ahora en una deriva, hay margen para reconducir el diálogo. De hecho, ambos podrán verse las caras en la cumbre del G20 que se celebra en San Petersburgo el 5 y 6 del mes próximo.

En su pronunciamiento oficial, Washington no cierra la puerta a la colaboración con Moscú y mantiene la celebración de un encuentro entre los secretarios de Estado y de Defensa. «Tras un profundo examen, hemos llegado a la conclusión de que las relaciones con Rusia no han registrado avances suficientes para que tenga lugar la cumbre prevista a inicios de septiembre», justificó el portavoz presidencial, Jay Carney, como argumento central para la cancelación de la cumbre. Poco después recitó las quejas que de verdad han propiciado esta crisis. «La decepcionante decisión de conceder asilo temporal a Edward Snowden ha sido también algo que hemos tenido en cuenta para evaluar el estado de nuestras relaciones», remachó Carney.

El Kremlin se mostró bastante comedido tras el anuncio de la Casa Blanca. Si bien expresó su decepción porque Washington refleja su incapacidad para desarrollar relaciones en «igualdad de condiciones» con Moscú, el asesor de Putin para asuntos internacionales, Yuri Ushakov, declaró que su Gobierno sigue decidido a colaborar con EE UU en asuntos bilaterales e internacionales. Luego dijo que la invitación para que Obama visite la capital rusa sigue en pie. En esa línea, el portavoz de la Casa Blanca se esforzó en dejar una puerta abierta para que no se malogren las conversaciones sobre desarme nuclear, uno de los principales objetivos de Obama en su última legislatura. EE UU otorga «una gran importancia a los progresos efectuados con Rusia, como el nuevo tratado Start y la cooperación sobre Afganistán, Irán y Corea del Norte», matizó Carney.

Brecha abierta

Pese a los algodones, la decisión de Obama de suspender sus conversaciones con Putin probablemente agrave una relación de por sí fría entre ambos líderes. El alineamiento sistemático de Putin con el régimen de El-Asad exaspera a Washington porque considera que se trata del mayor obstáculo para invertir el curso de los acontecimientos en el país árabe.

La Casa Blanca también ha criticado la ofensiva del gobierno ruso contra los críticos del Kremlin y recientemente sancionó a 18 ciudadanos rusos por violaciones de derechos humanos. Moscú por su parte considera inaceptable que EE UU mantenga su plan de un escudo antimisiles en Europa de Este

Putin también promulgó una ley que prohíbe la adopción de niños rusos por parte de parejas estadounidenses, una decisión que fue interpretada como una represalia por la decisión norteamericana de despejar el camino para sancionar las violaciones a los derechos humanos denunciadas por ONGs y grupos de oposición.

De viaje por California, Obama hurgó en la brecha abierta por Putin durante una entrevista en el popular programa 'The Tonight Show'. Sin perder la sonrisa, señaló que estaba «contrariado» por el asilo temporal concedido a Snowden. Es un claro «desafío», dijo, después que el Ejecutivo norteamericano pidiera reiteradamente su repatriación.

En sus primeras declaraciones sobre el exanalista de seguridad, Obama dijo que la decisión rusa refleja también los «retos subyacentes» que enfrenta en sus relaciones con Moscú. «Hay veces en que caen en la manera de pensar propia de la Guerra Fría», dijo el mandatario en referencia a los años en los que EE UU y la difunta Unión Soviética ejercían de líderes antagónicos del mundo.

y 6 de septiembre es la fecha en la que se celebrará la cumbre del G20 en San Petesburgo, a la que Obama sí asistirá.