Una pareja inseparable y una posible heredera en el círculo más íntimo
Su novia y su hija mayor, a la que se apunta como posible heredera al frente del centroderecha, acompañan al magnate en su peor momento
Actualizado: GuardarDos mujeres destacan en el amplísimo cortejo que rodea y protege a Silvio Berlusconi en sus horas más bajas. Por un lado, Francesca Pascale, la pareja de 28 años de un político que cumplirá el mes próximo 77. 'La Pascale', como la llaman los medios italianos, está haciendo correr ríos de tinta desde la condena al magnate. «Me lo están matando», se la oyó exclamar sin soltar el caniche blanco que lleva en brazos a todas partes. No a todas en realidad, porque Francesca llamó poderosamente la atención, y en general para bien, por su aparición el domingo en el acto de desagravio a Berlusconi a cargo de sus partidarios. Sin el perro y con un estilismo que mezclaba toques de Jackie Kennedy con aroma de neorrealismo italiano, se desvivió por confortar al dirigente que admitió estar pasando por el «peor momento» de su vida.
Días antes, además, Francesca había sido fotografiada junto a la 'otra mujer' de su círculo más íntimo, la hija mayor del ex primer ministro, Marina, de la que se habla como teórica heredera al frente del Pueblo de la Libertad o de Forza Italia, si es que al final es el partido original el que Berlusconi decide reflotar para las próximas elecciones. ¿Quiere Marina el cargo? Ella dice que no, que le basta con la presidencia de Fininvest, el conglomerado empresarial al que pertenece el imperio Mediaset. ¿Qué dicen los pesos pesados del centroderecha? En el país europeo probablemente más reacio a favorecer la igualdad de género, los hombres del PDL no acaban de ver a la hija de 'Il Cavaliere' de número uno. Quieren democracia, dicen, «no dinastías», aunque también se dejan oír algunas voces a favor de apoyar un apellido que en Italia es una marca registrada. Con todo, la familia sopesa si resulta conveniente apartarla de su cometido empresarial en un momento en que la influencia política ya no es la que fue.