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'Eliot', un labrador de 3 años, da su pata a una mujer enferma de Alzheimer. :: P. DESMAZES / AFP
Sociedad

Animales de bata blanca

Las terapias con animales en personas discapacitadas mejoran sus aptitudes de comunicación y de socialización

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Los perros, los caballos, y los delfines además de ser fieles y nobles animales, son los mejores médicos. La zooterapia, como se llama a la terapia asistida con animales, permite que niños y mayores mejoren en sus enfermedades tanto físicas como psicológicas, y logren superar retos que nunca imaginaron. El hecho de que los pacientes se lo tomen como un juego, contribuye notablemente en la motivación con la que participan en la terapia.

Existe el dicho de que el perro es el mejor amigo del hombre, y una muestra de ello es la continua colaboración que ha mostrado en trabajos de rescate, rastreo o como guía de personas invidentes. Debido a su apego por los seres humanos, resulta muy fácil adiéstralos para las terapias. La 'caninoterapia', como se conoce al tratamiento que se realiza con perros, resulta muy efectiva para niños con autismo y personas con Alzheimer. Para llevar a cabo estas sesiones se utilizan perros con un carácter dócil, generalmente golden retriver, labradores o pastores alemanes.

En el caso de niños con autismo, se ha comprobado que pierden el miedo y aumenta su confianza en si mismos. Son capaces de romper con las rutinas diarias establecidas y enfrentarse a lo desconocido sin llegar a alterarse. El perro les estimula su capacidad de comunicación, les enseña a fiarse, a socializarse y a tener apego hacia las personas de su entorno, así como a perder el miedo innato hacia los demás animales al comprobar que tenerles cerca no les provoca ningún daño, sino todo lo contrario.

El uso de perros en personas con Alzheimer, es una terapia novedosa que ha ido ganando peso en los últimos años. El objetivo principal es la interacción entre el animal y el paciente. Al mismo tiempo que se crean juegos y rutinas fáciles de recordar que ayudan a no olvidar conocimientos adquiridos en la niñez, como son los colores y los números, mejoran notablemente en su concentración y atención en las cosas que les rodean. Las sesiones duran aproximadamente una hora, y a medida que las semanas pasan, se aprecia una mayor relajación y capacidad de socialización.

La 'equinoterapia', es otra clase de tratamiento que favorece a todos aquellos niños con síndrome de Down, parálisis cerebral, espina bífida o autismo. Gracias ella, es posible realizar movimientos multidimensionales que favorecen y mejoran el equilibrio, la coordinación y la musculación Estas terapias pueden ser utilizadas también como estimulación precoz en niños de dos y tres años. En estos casos, la duración del ejercicio es menor, y los caballos permanecen tumbados. Los buenos resultados que se tienen en las terapias con caballos radica en la capacidad del animal de percibir las limitaciones físicas y psicológicas del jinete.