Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Economia

El transporte de mercancías, un mal precedente

J. A. B
MADRID.Actualizado:

Si el éxito de la incipiente liberalización del transporte ferroviario de pasajeros se ha de medir por el antecedente de la apertura a la competencia del mercado de mercancías, la mayoría de los expertos consultados estiman que será «escaso». Así lo creen desde catedráticos de Transportes de varias universidades hasta las propias empresas implicadas -las 19 concesionarias de esos servicios, la mayoría filiales de compañías del ramo y constructoras-, pasando por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC).

En ocho años, el sector privado apenas se ha hecho con un 15% de este negocio, que sigue monopolizando Renfe. Algo inhabitual en Europa -donde su cuota de mercado es claramente mayor en Reino Unido (53%), Alemania (27%), Italia (26%) y Francia (22%)-, aunque no resulta extraño si tenemos en cuenta que la operadora pública es la única que tiene capacidad para llegar a todos los puntos del país y sólo ella transporta por tren todo tipo de mercancías, frente a la actividad de sus competidores que ha de concentrarse en territorios y clientes concretos.

Otros elementos juegan, asimismo, en contra. Renfe posee más del 90% de los vagones aptos para transportar mercancías (por encima de su cuota de mercado del 85%) y también reparan casi el 90% de las locomotoras (y vagones). Los otros operadores han de alquilarles en muchos casos el material, aunque ello no remedia otros problemas como el de las infraestructuras y terminales ferroviarias, que no permiten circular trenes tan largos como en el resto de la UE ni llevar una velocidad «adecuada», al no disponer de vías exclusivas frente a la prioridad que se da al transporte de pasajeros.

La CNC añade otros obstáculos. «Los procedimientos para obtener y mantener» los permisos necesarios «son onerosos y se dilatan el tiempo», además de que los cánones son «complejos» y no desincentivan que algún operador (público o privado) intente acaparar parte de la capacidad ferroviaria. Y todo en un modelo donde calendario y horarios de apertura de las terminales no se adaptan a las necesidades de las empresas y donde el peso del transporte de mercancías por tren (5%) es cuatro veces menos que en la UE.