Tartas creativas, pero de merengue
Los reposteros utilizan ingredientes naturales con bizcochos y cremas elaborados por ellos mismos
CÁDIZ.Actualizado:La pastelería creativa, las tartas con llamativas decoraciones, no tiene porqué hacerse con ingredientes a base de polvitos en los que se emplean muy pocos productos naturales. Ya hay pasteleros profesionales de la provincia de Cádiz que están creando alternativas a esta corriente venida desde EEUU y con un impresionante apoyo publicitario y televisivo.
La Pastelería Jesús de Jerez, una firma de las clásicas de esta ciudad, decidió en 2011 introducirse en este mundo de la pastelería creativa ya que sus clientes les solicitaban este tipo de tartas decoradas. Sin embargo, Sonia Jiménez Suárez y José Alberto Rodríguez, que regentan esta firma, han decidido también darle un toque artesano y de calidad a estos productos que, en ocasiones, son muy bonitos pero después dejan mucho que desear en lo que es el sabor.
Sonia y José Alberto han creado un taller en la pastelería dedicado a estas tartas. «En ocasiones, si el cliente lo pide las hacemos con fondant -una pasta de azúcar que es la base de esta pastelería- pero lo elaboramos nosotros a nuestra forma, cuidando el sabor y tratando de que sean capas finas. De todos modos la principal diferencia va por dentro, ya que utilizamos un bizcocho realizado por nosotros mismos y las mismas cremas que empleamos para las tartas tradicionales como el cabello de ángel, la crema pastelera o la trufada».
Pero además de estas preparaciones, en la pastelería han creado también una tarta creativa alternativa y es a base de merengue al que dan forma consiguiendo también resultados espectaculares como el que puede verse en la foto de la derecha en el que la tarta está recubierta de merengue y tan sólo las flores son de pasta de azúcar.
Señalan además que estas tartas creativas de merengue tienen por si fuera poco un mejor precio ya que están en torno a los 2,25 euros la ración cuando en una tarta con fondant se puede llegar perfectamente a un precio entre 3 y 4 euros. Estos dos profesionales de la pastelería señalan «que hay que adaptarse a los tiempos y a las nuevas tendencias pero eso no está reñido con el respeto a la tradición y la utilización de productos naturales y de calidad».
Sonia aprendió la profesión de pastelera de su padre, Jesús Gelasio Jiménez Gómez, que fundó la confitería en 1991. Se hacía cargo, después de una larga experiencia en la profesión, de uno de los obradores estrella de la ciudad, la pastelería La Holandesa, fundada en 1934. Jesús cambió el nombre al establecimiento pero siguió ofreciendo la misma línea que ahora sigue su hija. Así no faltan propuestas tradicionales como los tocinos de cielo, las palmeras de chocolate o de huevo o unas porciones de la tradicional tarta de bizcocho y merengue, hasta completar una treintena de especialidades que tienen habitualmente.
Cuentan con un amplio apartado de bollería con suizos, bollos de leche o bizcochos de plantilla y mantienen las lolitas, un bollo relleno de crema parecido a las carmelas pero que el pastelero Antonio Márquez, que fundó La Holandesa bautizó así en honor a su hija Lola. Lo único que ha hecho Sonia es hacerlas más pequeñas «porque los gustos hoy en día son esos, con unos bollos de menor tamaño». También mantienen en el catálogo un dulce que creara su padre Jesús Gelasio Jiménez, la boina, un bizcocho muy fino que se rellena con crema pastelera y que se cubre con azúcar glass.
La pastelería tiene ahora dos despachos, el de la calle Bizcocheros, donde también está el obrador, y un segundo en la avenida del Amontillado.