Economia

La gran banca ganó mucho más pero prestó menos en el primer semestre

Las plusvalías y la exigencia de menores provisiones enderezan unas cuentas que ahora necesitan que la economía se recupere

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las cuentas de los grandes bancos en el primer semestre muestran, a primera vista, una evolución más que satisfactoria. Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular, Bankinter y Sabadell ganaron, en conjunto, más de 6.300 millones. Es difícil comparar esta cifra con las pérdidas de 757 millones que arrojó este grupo en la primera mitad del pasado ejercicio. Fue a causa de Bankia, cuyos abultados números rojos lastraron el cómputo del 2012. Sin tomarlos en cuenta, el aumento de beneficios ronda el 60%.

Las claves de esta sustancial mejora no son idénticas para todos los grupos. Coinciden la mayoría en cierta vuelta a la normalidad, tras el extraordinario esfuerzo de provisiones exigido por el Gobierno para sanear el ladrillo. En varios casos incide la realización de ventas de activos que han proporcionado jugosas plusvalías o el aumento de tamaño que la reestructuración ha permitido a varias entidades (Caixabank, Sabadell). Sin olvidar que Bankia ha vuelto a la senda de las ganancias tras recibir una ayuda multimillonaria y traspasar créditos inmobiliarios al banco malo.

¿Seguirá la buena racha el resto del año y sucesivos? Depende de muchos factores. El primero es la reactivación del negocio en España. No está en su mano, porque la condición esencial es la recuperación de la economía y también la estabilidad de los mercados financieros. a. Lo que muestran las cuentas bancarias del primer semestre es que el grifo del crédito sigue cerrado en España. Al concluir junio, el saldo vivo de la cartera de préstamos de los grandes bancos en el negocio interior se limitaba a 922.543 millones, cifra un 8,2% inferior a la de doce meses antes. Ese descenso incorpora extraordinarios como el traspaso de activos de Bankia a la Sareb o banco malo, aunque se puede decir que apenas existe financiación nueva. Y eso no es bueno ni para los bancos ni para sus clientes.

Una mayoría de directivos bancarios cree que la mejora del crédito no llegará hasta muy avanzado 2014, y eso siempre que se confirme un ritmo de crecimiento sostenido de la economía. Solo José Sevilla, de Bankia, ha adelantado al primer trimestre de 2014 su pronóstico para esta buena noticia. Su visión corresponde a una nacionalizada, que está creciendo en préstamos a familias y aún más a pymes, donde su cuota ha subido del 5,5% al 5,77%.

Otra cosa es el coste. En el caso de las pequeñas empresas y de los hogares españolas el crédito sale en promedio extraordinaria e injustificadamente caro en unos tiempos en los que el precio oficial del dinero que marca el Banco Central Europeo para la zona euro está próximo a cero. Esta carestía se refleja en la comparación, realizada por el Banco de España, de la trayectoria que han seguido los tipos de interés en la financiación empresarial más modesta y en los créditos al consumo doméstico. Los préstamos hasta 250.000 euros los piden las micropymes y también sirven para solventar necesidades de tesorería. La financiación al consumo alimenta la demanda de bienes duraderos de las familias. Tras la crisis de la deuda soberana, el coste de los préstamos se ha disparado en estos casos, y ahora triplica el que se aplica en los países europeos más fuertes.

Más exigencias

Que crezca la economía, que la prima de riesgo se reduzca a niveles aceptables y que vuelva la confianza al sector empresarial y a los hogares depende de factores que no están al alcance de los bancos. A ellos les resta cumplir los requerimientos del supervisor, que penalizan sus cuentas. Destaca la exigencia de reclasificación de los créditos que han sido refinanciados. Aunque sigan al corriente de pago, son operaciones con clientes que están en situación delicada y el Banco de España ha impuesto criterios que obligan a cambiar algunas a una posición de extrema vigilancia (lo que se conoce como créditos subestandar) y otras a impagados o morosos. Ambas cosas suponen un aumento de provisiones que lastra las cuentas de este año. Los bancos tienen de plazo hasta el 30 de septiembre para comunicar los cambios y no todos han dado cuenta de lo realizado hasta la fecha.

BBVA, por ejemplo, ha explicado que va a esperar antes de dar a conocer el impacto de las reclasificaciones. Santander ha reclasificado como dudosos 2.000 millones en hipotecas y elevado con ello del 4,76% al 5,75% su tasa de morosidad en España. La Caixa ya ha provisionado por este concepto 540 millones de euros y reclasificado 3.287 millones. Por esta actuación, su tasa de morosidad pasa del 9,75% al 11,17%.

Algunos bancos sufren otras cuitas. En el caso de BBVA, tiene que incorporar a resultados el efecto de la sentencia del Supremo sobre las cláusulas suelo de las hipotecas. Dependerá de la evolución del euríbor, pero su supresión, que la entidad ha empezado a aplicar con carácter generalizado, le restó 57 millones el pasado junio. Banco Popular ha dicho que todas sus cláusulas suelo son transparentes.

Para los mayores entre los grandes bancos, con mucha actividad exterior, las cuentas semestrales prueban que el negocio en España arroja un mínimo beneficio, cuando no presenta pérdidas netas. Pero las entidades han optado por segregar el segmento que consideran bancario del inmobiliario o de préstamos a los promotores, operatoria que ahora no consideran típica de su actividad. BBVA y Santander han puesto el foco en la captura de clientes de las antiguas cajas y presentan, trimestre a trimestre, importantes ganancias de cuota.