Gran Bretaña convoca al embajador español por las colas en Gibraltar

La tensión entre España y Gibraltar no se relaja después del conflicto surgido por las largas colas en la frontera durante los últimos días. El ministerio británico de Asuntos Exteriores convocó ayer al embajador español en el Reino Unido, Federico Trillo, para quejarse por los «injustificados e inaceptables» retrasos en la verja a cuenta de lo que calificó de «controles desproporcionados».

Ante la ausencia de Trillo, de vacaciones, acudió a la cita el encargado de negocios de la legación, Ramón Gandarias, quien anunció a su interlocutor, el diplomático británcio, Simon Grasss, que España considera esos controles «irrenunciables». Gandarias recordó al Ejecutivo británico que Gibraltar no es territorio Schengen y que la supervisión de todos los viajeros es indispensable para poner freno al creciente tráfico de estupefacientes, además de contrabando de tabaco y blanqueo de capitales.

Solo horas antes de que Londres convocara a Trillo, el Gobierno español había hecho público su malestar por la campaña de acoso a los policías españoles por parte de un grupo de exaltados nacionalistas del Peñón, que se hacen llamar 'Defenders of Gibraltar' (Defensores de Gibraltar). Este colectivo se dedican a reproducir en su blog numerosas fotos de los agentes, fundamentalmente guardias civiles, que trabajan diariamente en la verja y a los que culpan de las largas esperas para entrar o salir de la colonia.

En esa misma web, los extremistas gibraltareños, además de hacer llamamientos para acosar a los funcionarios españoles, les acusan de «fascistas» y «matones».

En la propia zona fronteriza, los 'Defenders of Gibraltar' -explicaron fuentes judiciales- se dedican a insultar a los agentes españoles, a repartir pasquines, además de, en algún caso, facilitar los números de identificación de los funcionarios y sus domicilios. Y todo ello, ante la pasividad absoluta de la policía de la colonia.

Esta cruzada de acoso a los funcionarios tuvo ayer una respuesta contundente del Gobierno. «No consentiré que se les pretenda denigrar de manera tan cobarde y ruin», aseguró en un comunicado el ministro del Interior. Jorge Fernández tachó de «intolerable» la difusión de las imágenes de los funcionarios y la «incitación» a la «realización de acosos en sus domicilios».