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TRIBUNALES

En libertad el expresidente del CV Murcia, imputado por la muerte de la pareja holandesa

Lifante ratificó en sede judicial las declaraciones que había hecho anteriormente y se declaró "completamente inocente"

AGENCIAS
MURCIAActualizado:

Evedasto Lifante, expresidente del club Atlético Voleibol Murcia 2005, donde jugó la holandesa Ingrid Visser, asesinada junto con su pareja, Lodewijk Severein, a mediados de mayo, ha sido puesto en libertad sin medidas cautelares tras declarar como imputado en el juzgado que investiga el doble crimen.

Lifante declaró en su día ante la Policía Nacional de Murcia que inició la investigación de los hechos después de que la familia de Visser denunciara su desaparición, pero hasta ayer no lo había hecho ante los tribunales.

Con esta citación del juzgado de instrucción de la localidad murciana de Molina de Segura se trataba de contrastar las manifestaciones hechas por uno de los imputados, el exgerente del club Juan Cuenca, que acusó a Lifante de ser quien había planeado los asesinatos.

Aunque las diligencias continúan siendo secretas, según ha sabido Efe de fuentes próximas al caso, Lifante, también antiguo dueño del club, se ha ratificado en lo que declaró en su día a la policía y se ha desvinculado totalmente de los hechos. Asimismo, ha añadido que se sentía perjudicado por Cuenca, al que ha acusado de que hace unos años llegó a falsificar su firma para poner en venta unas canteras que Lifante posee en la localidad murciana de Fortuna.

El interrogatorio de este quinto imputado se ha celebrado solo en presencia de su defensa y de un representante del ministerio fiscal, ya que por el secreto de las actuaciones no pueden asistir los abogados del resto de imputados.

Por su parte, el letrado de Cuenca, José María Caballero, ha señalado que su defendido continúa en prisión a la espera de que se levante el secreto del sumario para poder tener acceso a las actuaciones judiciales y poder articular así su defensa.

En este caso están también imputados C. S. y V. I., dos hombres de nacionalidad rumana detenidos en Valencia junto con Cuenca unos días después de que los cadáveres de la pareja fueran hallados en una finca ubicada en la pedanía murciana de Alquerías, propiedad de S.A., quien también fue detenido, interrogado e ingresado en prisión provisional por estos mismos hechos. Tanto Cuenca como los dos presuntos autores materiales del doble crimen se han negado hasta ahora a prestar declaración en el juzgado al considerar que el secreto de las actuaciones les causa indefensión.

Relato de los hechos

Los hechos se remontan al 13 de mayo, cuando la pareja desembarcó en el aeropuerto de El Altet (Alicante) con la intención de pasar tres días en Murcia. Solo un día después, ambos tenían una cita médica en una clínica de la capital murciana, aunque los motivos de ésta fueron mantenidos en secreto por la familia en todo momento, al entender que no era "relevante" para la investigación. Ingrid Visser, con 1,90 metros de altura, delgada, rubia y con ojos azul claro, era muy conocida en su país porque había sido una jugadora profesional de voleibol y había representado a Holanda en más de 500 ocasiones en campeonatos, al tiempo que había sido integrante de varios equipos españoles. De hecho, de 2009 a 2011 formó parte del equipo CAV Murcia 2005.

Durante el tiempo que formó parte de la plantilla del CAV Murcia 2005 residió en Murcia con su pareja Lodewijk hasta que, en 2011, ella decidió poner punto y final a su carrera profesional. Después decidieron regresar a Holanda, pero en los últimos dos años han vuelto en varias ocasiones a Murcia para pasar unos días, porque les gustaba la Región y le tienen "cariño". El lunes, 13 de mayo, comenzó su última visita. La pareja alquiló un coche en el aeropuerto, un Fiat Panda de color negro con matrícula 9254 GTC, con el que se desplazó hasta Murcia, donde se hospedaron en el hotel Churra-Vistalegre. Ese mismo lunes fue el último día en el que se les vio con vida: tras registrarse en la recepción del hotel, volvieron a coger el coche por la tarde y desaparecieron.

Las pruebas

La directora de la clínica avisó a la Policía de que la pareja había acudido en otras ocasiones al centro médico y eran "serios" porque siempre cumplían con las citas. A partir de ese momento, la Policía Nacional entendió que había un motivo para investigar una desaparición y abrió los cauces y protocolos apropiados para su búsqueda. La Policía abrió varias vías de investigación, y una de ellas condujo a los agentes hasta una vivienda en el municipio murciano de Molina de Segura. Al llegar al lugar, la Policía Científica confirmó que ahí se había cometido un acto violento.

En base a estas pruebas, la Policía continuó con las líneas de investigación y procedió a la detención de una persona de nacionalidad española en Valencia, Juan Cuenca. En base a los datos recabados en todas las actuaciones, la Policía averiguó que en una finca de la pedanía murciana de Alquerías podían encontrar más pruebas respecto a la investigación. Los agentes excavaron la tierra y las primeras pruebas aparecieron a 50 centímetros de profundidad. Más tarde, y a más profundidad, encontraron los restos de dos personas que, según certificaron los investigadores, correspondían a un hombre y a una mujer. Fueron detenidos tres individuos en relación al crimen.

El juzgado de Instrucción número 17 de Valencia ordenó prisión provisional, comunicada y sin fianza para los tres detenidos. Los análisis de AND confirmaron que los restos mortales se correspondían con los dos holandeses fallecidos, y los estudios forenses determinaron una muerte violenta, idéntica en ambos casos, motivada por traumatismo craneoencefálico. A finales de junio, los tres detenidos por su presunta implicación en el crimen de la pareja holandesa, volvieron a acogerse a su derecho a no declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura, Olga Reverte, quien ratificó la prisión decretada sobre ellos.