San Fernando da el último adiós a los isleños fallecidos en el tren de Santiago
Familiares, amigos y políticos no faltaron al acto público organizado por el Ayuntamiento para honrar la memoria de las víctimas en el siniestro
SAN FERNANDO.Actualizado:El último adiós. El auditorio del parque Almirante Laulhé casi se queda pequeño para honrar la memoria de los cinco isleños fallecidos en el accidente ferroviario de Santiago. El funeral público organizado por el Ayuntamiento sirvió para que se viera de nuevo el cariño que se profesaba a Ignacio Bustamante, Paco García, Esperanza Márquez, Antonio Reyes y Rosa Quijano. Personas muy conocidas en la ciudad tanto por la labor que desempeñaban como por su implicación con San Fernando. Un sentido homenaje que cierra todos los actos que se ha realizado a lo largo de los últimos días en recuerdo de las víctimas, cuyo dolor por su pérdida se ha trasladado desde el instituto Sancti Petri al colegio Puente Zuazo, desde las dependencias municipales de Hacienda hasta la oficina de la calle Real del BBVA, desde barrios como La Bazán o La Pastora a instalaciones como el mercado central. Todos ellos con minutos de silencio o concentraciones de respeto.
Aún sigue el luto y así se pudo comprobar ayer en un acto en el que no faltaron familiares, incluso fue la joven superviviente Fátima Reyes, que perdió a sus padres Antonio y Rosa en el accidente, así como amigos, allegados y autoridades civiles y militares. En frente de todos el alcalde de la ciudad, José Loaiza, que estuvo arropado por el presidente regional de su partido José Ignacio Zoido, y por el provincial, Antonio Sanz. También destacó la presencia del diputado socialista por Cádiz Manuel Chaves. Un auditorio repleto para escuchar las palabras del obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, encargado de oficiar una misa envuelta de oraciones para los fallecidos y la recuperación de las heridas. Sobre todo por Pepa Álvarez, la otra profesora del Sancti Petri que ya se encuentra en planta y evoluciona de forma favorable a la espera de conseguir el alta para regresar a casa. En su discurso Rafael Zornoza destacó la incomprensión de los hombres ante accidentes y fallecimientos como el ocurrido en Santiago y la necesidad de acudir a la fe para «coger fuerzas y reconfortarse».
Ayer se cumplía una semana en la que se conocía que siete isleños viajaban en el tren siniestrado en Santiago. Un jueves en el que todo el mundo estaba pegado al móvil, a la televisión e internet en busca de noticias de la evolución de estos vecinos de la ciudad. Esa tarde-noche se conocía el trágico desenlace de cinco fallecidos. Las primeras velas, flores y mensajes se colocaban en la verja de entrada del colegio Puente Zuazo, donde impartían clases Esperanza y Paco, que hacía poco que se había jubilado. Hasta la mañana del viernes con mensajes de los padres de agradecimiento por el trato y enseñanza a sus hijos. El sábado fue el día más triste para la ciudad al oficiarse tres funerales en diferentes parroquias (La Pastora, Iglesia Mayor y El Cristo) antes de sepultar a los cinco fallecidos, los dos matrimonios y a Ignacio. El luto siguió esta semana con un homenaje en el instituto Sancti Petri con cinco minutos de silencio y de nuevo velas, flores y carteles con mensajes de agradecimiento a Antonio Reyes y de «nunca te olvidaremos». Aparecía también un pequeño altar en la puerta del banco donde trabajaba su mujer, Rosa. Mientras que el mundo cofrade se volcaba con la familia de Ignacio y la hermandad del Huerto, de la que fue hermano mayor.