Rubalcaba: «Váyase cuanto antes, está haciendo daño a España»
El líder socialista advierte a Rajoy de que no va a dejar de reclamar su marcha y que tampoco descarta presentar la moción de censura
MADRID.Actualizado:«Si tiene sentido de Estado, váyase, váyase cuanto antes, está haciendo daño a España». La frase lanzada ayer por Alfredo Pérez Rubalcaba como colofón a su réplica a Mariano Rajoy en el Congreso fue una reedición del «¡váyase, señor González!» sobre el que José María Aznar construyó toda su estrategia de oposición en la última legislatura del ex secretario general del PSOE al frente del Gobierno.
No solo se parece la frase sino también la estrategia. El actual líder socialista aprovechó para ratificar en el pleno que mantendrá rotos todos los puentes con el Ejecutivo hasta que el presidente asuma responsabilidades políticas por el 'caso Bárcenas' y presente su dimisión. Solo hay una diferencia con 1993, y no precisamente menor, que González gobernaba en minoría y el actual presidente tiene 186 diputados.
Pese a la mayoría absoluta, los socialistas han decidido que no van a parar de pedirle a Rajoy, en lo que quede de legislatura, que se vaya, porque, en palabras del secretario general, «no vamos a consentir que el 'caso Bárcenas' se metabolice sin más por la sociedad española tras este debate». No tiene duda de que este escándalo significa 20 años de financiación irregular del PP y que el jefe del partido y del Ejecutivo tiene que pagar con su renuncia por «higiene democrática» y para evitar que España se «berlusconice».
Rubalcaba no cree ninguna de las disculpas de Rajoy. Ni que se equivocase al nombrar tesorero a Luis Bárcenas, ni que le engañase después haciéndole creer que era inocente, ni que rompiese todo contacto con él cuando se enteró de que tenía cuentas millonarias en Suiza. Lo que piensa es que cuando se destaparon las ilegalidades de Bárcenas a través del 'caso Gürtel' le pidieron que dejase el puesto «para borrar las huellas» sobre la contabilidad B del PP y que hasta enero de 2013 le pagaron a escondidas un sueldo millonario para que callase. «¿Cuándo pasó don Luis de tesorero intachable a delincuente? Cuando (ya encarcelado) dejó de disimular su letra ante los peritos y rompió el código de silencio», se contestó él mismo. Es decir, cuando dio validez ante el juez a su manuscrito, el que describe las donaciones y pagos en negro.
El líder socialista centró toda la réplica en lo que consideró que era el flanco débil de Rajoy, el que había dejado a la vista todo el debate y restaba credibilidad a sus palabras. El SMS con el que presidente del Gobierno respondió el 18 de enero pasado, dos días después de que se supiese que su extesorero había ocultado al menos 22 millones de euros en un banco suizo, a otro de Bárcenas. «Luis. Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo».
Defendió que demuestra que no es verdad que Rajoy dejase de colaborar con Bárcenas cuando vio que podía haber cometido delitos, como dijo ayer. Que el mensaje «rompe» por completo lo que bautizó como la tesis gubernamental del «tesorero infiel». «¿Es que no le parece suficiente prueba que tenga 22 millones en Suiza?», le preguntó. «Todos los españoles sabían que Bárcenas era un delincuente fiscal y usted le daba ánimos y le decía: Sé fuerte», añadió.
Al jefe de la oposición no le cabe ninguna duda de que Rajoy «amparó a un delincuente» y que los mensajes de móvil entre ambos demuestran que miente, por lo que serían «motivo suficiente» para pedir su dimisión o que al menos lo serían «en cualquier democracia seria de Europa». «¿Se imagina a Cameron o Merkel diciendo a un evasor fiscal: 'Aguanta, Luis'», le espetó.
Cuatro razones
A Rubalcaba le da igual que la investigación que desarrolla la Audiencia Nacional termine incluso por no imputar a los dirigentes populares delito alguno, porque los posibles casos de financiación irregular sean solo infracciones administrativas o los presuntos delitos fiscales de las donaciones en negro de empresarios hayan prescrito. Su lectura política, que no penal, es que «los delitos contra la democracia no prescriben» y que «un presidente del Gobierno no puede amparar ilegalidades».
Esta es una de las cuatro razones que dio para convencer, con nulo éxito, a Rajoy de que «está haciendo daño a su país» y que «es el momento de que piense en irse». La segunda, que considera que el Gobierno está totalmente condicionado por Bárcenas y por las próximas revelaciones. Como tercera ve que su negativa a admitir responsabilidad alguna y la falta de respeto al Parlamento, donde se ha visto obligado a comparecer a la fuerza, hace un gran daño a la imagen internacional y a las instituciones españolas.
La última, pero según Rubalcaba fundamental, es que «se ha quedado sin credibilidad». Entiende que ya no tiene «autoridad» para pedir a los españoles sacrificios ni para encabezar la lucha contra la corrupción. «¿Cómo va a pedir esfuerzos a los pensionistas cuando ustedes cobraban sobresueldos?», preguntó retórico antes de añadir que «tampoco puede decir a ningún español que pague a Hacienda tras decirle a un evasor fiscal que sea fuerte, que aguante».