El juez rechaza imputar al revisor del Alvia pese a su llamada «desafortunada»
Considera que aunque mantuvo la conversación con el maquinista este fue el único responsable de no desacelerar el convoy
MADRID.Actualizado:La llamada telefónica del revisor del Alvia al maquinista instantes antes del descarrilamiento puede ser considerada desafortunada por el momento y lugar en que se realizó pero no es suficiente para atribuirle el delito de homicidio por imprudencia. El juez instructor del siniestro en el que perdieron la vida 70 personas declinó con este argumento imputar al interventor de Renfe Antonio Martín que viajaba en el convoy aunque sí le citó para declarar mañana como testigo.
En un auto emitido ayer, el magistrado Luis Aláez valora que aún en el extremo de considerar que «la conducta del interventor es desacertada y que con su llamada distrae al maquinista que no reduce la velocidad en una curva peligrosa, la actuación de aquel entra dentro de los límites permitidos» por la ley. Aláez va aún más lejos y define la actuación del interventor como «en principio correcta» y «ajustada a los procedimientos y a las prácticas del sector». «En suma -añade el instructor- no puede aceptarse la calificación penal de imprudente de esa hipotética conducta desafortunada del interventor del tren al llamar al maquinista» ya que el accidente «no se habría producido si el conductor y único imputado, Francisco José Garzón, «no hubiese mantenido la alta velocidad a la que circulaba».
Así pues, según el criterio del juez, la única culpa de la distracción que se tradujo en descarrilamiento recae sobre Garzón, quien fue en última instancia quien atendió la llamada del revisor y no respetó las señalizaciones que le obligaban a desacelerar de 190 kilómetros por hora a los 80 a los que está limitada la curva de A Grandeira. Tanto Garzón como el revisor reconocieron anteayer que habían mantenido una conversación telefónica en los kilómetros previos al lugar del descarrilamiento con el fin de fijar la vía de acceso a la estación de Pontedeume. El diálogo se prolongó cerca de dos minutos, tiempo suficiente para que el maquinista no advirtiera las instrucciones para rebajar la velocidad. En sus primeras declaraciones, Garzón ante el juez y Martín ante la Policía, ninguno aludió a la existencia de esta llamada que salió en el examen de la grabación de la caja negra.