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Estudiantes de religión y seguidores de Mursi realizan una protesta contra el Ejército en la plaza de Rabaa al-Adawiya. :: ASMAA WAGUIH / REUTERS
MUNDO

Egipto se abre a la mediación europea

La alta representante de la UE se reúne con el depuesto presidente Mohamed Mursi en el lugar secreto donde permanece bajo arresto Catherine Ashton prolongó hasta ayer su visita a El Cairo

MIKEL AYESTARAN
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Dos horas con Mohamed Mursi. El encuentro con el expresidente de Egipto fue la condición impuesta por Catherine Ashton para regresar a Egipto y los militares le concedieron una entrevista de 120 minutos con el mandatario islamista, incomunicado desde el golpe del 3 de julio y arrestado desde la semana pasada por diversos cargos de homicidio, secuestro y colaboración con el movimiento palestino Hamás. La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior departió «en profundidad» con Mursi sobre «la situación y la necesidad de seguir adelante» en un encuentro «amistoso, abierto y muy franco» en el que le transmitió «los buenos deseos de gente de aquí y él me solicitó que los agradeciera. Estoy intentado asegurarme de que su familia sepa que él está bien». Mursi se encuentra «en buen estado» y tiene «acceso a información a través de la televisión y prensa», detalló Ashton en una rueda de prensa en El Cairo.

No se informó sobre los detalles del encuentro o de la posibilidad de que la UE intentara hacer llegar al dirigente islamista una oferta de mediación para acabar con las protestas urbanas de los Hermanos Musulmanes. El contenido de la entrevista se mantuvo tan en secreto como la ubicación del propio Mursi, a quien Ashton encontró tras un viaje en helicóptero a una instalación militar de la que aseguró desconocer la ubicación. La enviada de la UE se negó a que la trasladaran hasta el lugar con los ojos vendados, reveló el portavoz europeo, Michael Mann.

La visita nocturna a Mursi fue el epílogo de una jornada en la que Ashton mantuvo conversaciones con todas las partes implicadas en los problemas que sufre el país, empezando por el general Abdul Fatah el-Sisi, nuevo hombre fuerte del país en el que algunos quieren ver al Gamal Abdel Nasser del siglo XXI. La UE apuesta por un «procedimiento democrático inclusivo», según insisten sus representantes desde hace tres semanas, en el que debería estar presente el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, cuyos líderes se encuentran encarcelados o en búsqueda y captura, y sus sedes han sido clausuradas.

Con Estados Unidos criticado tanto por los anti como por los pro Mursi, la UE se erige como una posibilidad válida de intermediación en el conflicto. Tras la primera visita de Ashton, el 17 de julio, Gehad el-Haddad, portavoz de los Hermanos Musulmanes, reveló a la agencia Reuters la disposición del grupo a negociar con condiciones «cualquier asunto político» con las nuevas autoridades a través de la mediación de Bruselas. Bernardino León, representante especial de la UE para el Mediterráneo Sur, reconoció entonces el contacto, pero no quiso hablar de «mediación». El diplomático español matizó que «solo hemos escuchado a las partes, cuáles son sus posiciones. Creemos que éste debería ser un diálogo egipcio, sin actores extranjeros».

La Hermandad parece buscar en la UE una garantía ante unas nuevas autoridades interinas que, por un lado, les tienden la mano para el proceso de reconciliación nacional, pero por otro encarcelan y congelan los fondos de sus líderes y cierran sus sedes y medios de información.

Un preso 'común'

La nueva presidencia egipcia quiso moderar la importancia del encuentro entre Ashton y Mursi y recordó que «no es un preso político», sino que desde hace una semana se encuentra bajo arresto por diversos cargos de homicidio, secuestro y colaboración con Hamás. El portavoz presidencial, Ahmed el-Muslimani, dejó claro que no existe la posibilidad de que Mursi recupere la presidencia y subrayó que «nadie» puede dar marcha atrás en la 'hoja de ruta' anunciada impuesta por los militares.

Los seguidores de Mursi se resisten a aceptar la realidad impuesta tras el golpe y mantienen el pulso en las calles. El lunes a última hora miles de personas protestaron ante la sede de la Inteligencia Militar y ayer fue el día en recuerdo de los ochenta muertos en los choques con las fuerzas de seguridad el viernes. La página web de la Hermandad llamó a sus seguidores a participar en una gran marcha bajo el lema 'Mártires del golpe militar', encabezada por madres de los caídos a las puertas de Rabaa al-Adawiya, la acampada más importante que mantiene la Cofradía, que no piensa levantar hasta que Mursi sea liberado y recupere la presidencia que le otorgaron las urnas. Un desafío al Ejército y al Ministerio de Interior que advirtieron del peligro de concentrarse ante edificios militares y aseguraron acabarían «muy pronto» con la acampada de Rabaa al-Adawiya y la de la Universidad, en Giza.