El maquinista hablaba por móvil con Renfe y consultaba un plano cuando descarriló
El Alvia se salió de la vía a 153 kilómetros por hora después de que Garzón intentara un frenado de emergencia cuando circulaba a 192
Actualizado:La caja negra del Alvia confirmó ayer que el exceso de velocidad, motivado por un descuido del maquinista, fue la causa del descarrilamiento que costó la vida a 79 personas y heridas a más de 150. Los datos registrados señalan que en los momentos previos al accidente el convoy circulaba a 192 kilómetros hora y, pese a realizar un frenado de emergencia, enfiló la curva de A Grandeira a 153 frente a los 80 a los que está limitado el tramo, según confirmó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
La grabación del sonido de la cabina de la locomotora desvela, además, que el maquinista, Francisco José Garzón, recibió una llamada a su teléfono profesional de personal de Renfe para tratar el camino que debía seguir al llegar a Ferrol, última etapa del viaje. A la vez que mantenía la conversación, el ruido de fondo y el diálogo permiten deducir que el conductor estaba consultando un plano o algún documento similar.
Estos nuevos datos vienen a corroborar que el maquinista se distrajo en el tramo en que debía desacelerar la velocidad del Alvia. Algo que él mismo reconoció el pasado domingo ante el juez instructor del caso, Luis Aláez. La investigación policial ya había barajado la posibilidad de que el maquinista, imputado por 79 homicidios imprudentes y pluralidad de lesiones, estuviera hablando por teléfono en los instantes previos a producirse el siniestro. El examen de su móvil particular no registró actividad alguna relacionada con el accidente. El profesional en cambio aún no había podido ser revisado ya que se extravió tras el descarrilamiento.
Según confirmó ayer el presidente del Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios, Juan Jesús Fraile, «es algo muy restringido, casi prohibido», el uso del teléfono móvil en la cabina, salvo que se trate de causas muy justificadas. Por ello, mostró su sorpresa de que se hubiera telefoneado al maquinista desde Renfe para darle instrucciones en plena ruta.
Garzón declaró ante el magistrado que no reconoció el tramo por el que circulaba y, por lo tanto, no actuó a tiempo cuando debía reducir la velocidad. Ello a pesar de que, según informó Renfe, el conductor, de 52 años y con una dilatada experiencia, había realizado ese mismo trayecto al menos en 60 ocasiones. El atestado de la Policía apunta a que el maquinista se encontraba solo y en ningún momento abandonó la cabina ya que no dejó de pisar el denominado como 'pedal del hombre muerto'. Este mecanismo lleva a cabo una frenada de emergencia automática en el caso de que el maquinista no lo accione cada cierto tiempo por un desvanecimiento o por estar ausente.
Diligencias
El juez Aláez autorizó ayer a los expertos de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios a examinar los restos de los vagones. Al margen de la investigación judicial, este órgano dependiente del Ministerio de Fomento ha recibido el encargo de elaborar un informe en el que se detallen las causas del descarrilamiento. La Policía Judicial ya ha iniciado el estudio del convoy. Debido a la violencia del impacto, presenta amasijos de hierros que aún no han podido ser inspeccionados en profundidad, por lo que Aláez valora la posibilidad que realizar una inspección con perros en busca de posibles restos de víctimas. El convoy permanece custodiado por las fuerzas de seguridad en Padrón y no será trasladado hasta que las dos investigaciones en curso den por finalizadas sus pesquisas.
Está previsto que a lo largo de los próximos días el juez comience a citar a los testigos. Hasta el momento, el único que ha declarado ante él es el imputado. Según informó EFE, Garzón ha comenzado a recibir tratamiento psicológico después que el juez ordenara el pasado domingo su libertad con cargos.
De los más de 150 heridos que fueron trasladados a centros hospitalarios tras el descarrilamiento 66 permanecían ayer ingresados. La buena noticia fue el descenso de los heridos críticos, que de los 22 del pasado lunes se redujeron a 15. Solo uno de los pacientes más graves es menor de edad.