Economia

La Unión Europea y China encarrilan el pulso sobre el vino

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La UE y China zanjaron ayer su mayor disputa comercial y despejaron el camino para rebajar la tensión tras sus últimas fricciones económicas. Ambos bloques cerraron un complicado acuerdo sobre la exportación de paneles solares chinos a Europa, un negocio valorado en 21.000 millones anuales.

Los fabricantes del gigante asiático aceptaron acabar con las prácticas de 'dumping' y no reducirán los precios de sus productos por debajo de un umbral mínimo. El pacto abre la puerta a un solución en las ventas de vino comunitario en el mercado chino, un enfrentamiento que afecta especialmente a Francia, España e Italia. El comisario de Comercio, Karel de Gucht, explicó los pormenores del acuerdo. El responsable belga insistió en que a partir de ahora los fabricantes europeos contarán con el margen necesario para «recuperar» la competitividad perdida.

El pacto obliga a las firmas del coloso asiático a vender los paneles solares a un precio mínimo de 56 céntimos por vatio generado para evitar el pago de aranceles compensatorios. Y todas las exportaciones sufrirán un fuerte gravamen adicional una vez que se supere una cuota de mercado predeterminada.

Pese a la satisfacción del comisario, los productores europeos cargaron duramente contra el acuerdo, y anunciaron que intentarán tumbarlo en los tribunales. EU ProSun, la asociación que aglutina a la mayor parte de las empresas del sector, auguró «más cierres y despidos» por un pacto que consideran muy lejos de sus aspiraciones. La agrupación esperaba que se fijara un precio mínimo para las exportaciones chinas de 80 céntimos por vatio. En cuanto a la cuota máxima de mercado sin aranceles para las firmas del coloso comunista, vaticinó que sus rivales europeas pugnarán en condiciones de igualdad por solo el 30% de las ventas, un porcentaje muy alejado de su capacidad de fabricación.

De Gucht confió en que el acuerdo sirva como plataforma para resolver otras disputas, entre ellas una que salpica directamente a España. En respuesta a los aranceles impuestos en un primer momento a los paneles chinos, Pekín puso en marcha una investigación sobre las importaciones de vinos europeos. El Gobierno comunista justificó la medida por supuestos subsidios ilegales a los productores. En 2012, las bodegas francesas, españolas e italianas exportaron a la segunda economía mundial caldos valorados en 763 millones. El país galo encabezó las ventas con 546 millones por 98 de España, pero el potencial es mucho mayor y el sector exterior se ha convertido en una palanca de crecimiento para el sur de Europa.

Tras el consenso alcanzado con Bruselas, se da por hecho que Pekín ha congelado la investigación vinculada a los vinos. Al parecer, el Ejecutivo comunista habría optado por la vía de la conciliación y no se espera ninguna penalización para las bodegas comunitarias. De Gutch eludió resultar demasiado tajante, pero confirmó la existencia de un margen para el diálogo.