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Bush se rapa como Patrick
La leucemia del niño de un guardaespaldas conmueve al expresidente, que perdió a una hija por la misma enfermedad
Actualizado: GuardarNUEVA YORK. Su edad avanzada y los problemas de salud no han sido obstáculo para que el patriarca de los Bush haya ido de un lado a otro practicando lo que mejor saben hacer los expresidentes de Estados Unidos: usar su enorme prestigio para ayudar e implicarse en toda suerte de causas sociales. Sin grandes noticias de su hijo, recluido en un rancho de Texas desde aquella tarde que se desvaneció en los cielos de la Casa Blanca, George H.W.Bush está encantado de aparecer allí donde lo invitan, bien pertrechado de sus clásicos calcetines de colores o con la cabeza rapada, como ha hecho ahora, para mostrar su solidaridad con el hijo de uno de sus guardaespaldas, enfermo de leucemia y que ha perdido todo el cabello por los efectos del tratamiento con quimioterapia.
Una mañana, el exmandatario se percató de que la mayoría de los miembros del servicio secreto que velan por su seguridad se habían rapado la cabeza. Además del gesto, los habitualmente inexpresivos agentes crearon una página web para ayudar a recaudar fondos con los que costear los caros tratamientos de Patrick, que tiene solo dos años. «Una vez que el señor y la señora Bush supieron de los esfuerzos del entorno del niño, hicieron un donativo y el presidente se ofreció a afeitarse también la cabeza», explica una nota de la oficina de Bush. Aprovechando el revulsivo, los compañeros del padre de Patrick han organizado una carrera benéfica en motocicleta de unos 80 kilómetros a través del estado de Maine el próximo 10 de agosto, seguida de una subasta.
La enfermedad del pequeño parece haber tocado de lleno la fibra más íntima del matrimonio Bush, que perdieron a su primera hija, Robin, a causa de una leucemia en 1953, cuando la pequeña tenía tan solo tres años. Movidos por ese dolor, ambos han dedicado grandes esfuerzos a iniciativas relacionadas con la investigación sobre el cáncer en las últimas décadas.
La ex primera dama habló emocionada sobre la pérdida de su hija en una reciente entrevista en la cadena NBC. Los escasos avances contra el cáncer que había entonces hacían prácticamente imposible la salvación de Robin. Cuando la desesperada mamá les preguntó las opciones, los doctores se limitaron a decirle que no hiciera nada porque iba a morir. «Mi consejo es que la lleven a casa y le den todo el amor que puedan. Morirá en unas dos semanas», recordó Bárbara Bush. Incrédulos y desesperados, omitieron el consejo y metieron a la niña en un nuevo tratamiento, muy agresivo, que no dio ningún resultado. La cría apenas sobrevivió un par de meses. «La peinaba y no le soltaba la mano», recordó ante las cámaras entre lágrimas la esposa del expresidente. «Veía su pequeño cuerpo y cómo su espíritu se iba poco a poco», relató.