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Rajoy: «No vais a estar solos»
El Rey alaba en Galicia la «unión» de los españoles con las víctimas y la entrega de los equipos de emergencia y pide «esclarecer» el siniestro
MADRID. Actualizado: GuardarEspaña amaneció conmocionada por el terrible accidente ferroviario registrado en Santiago de Compostela. Mientras las declaraciones de luto oficial, los minutos de silencio y las banderas a media asta se multiplicaban y extendían por todo el país, la Casa del Rey, el presidente del Gobierno y los partidos suspendieron toda su agenda de actividades como muestra de respeto a las decenas de muertos y heridos en el siniestro y sus principales representantes se trasladaron a la capital gallega para acompañar y confortar a las supervivientes y a las familias de los fallecidos.
«Quiero decirles a esas familias y a esos amigos que no van a estar solos y que la solidaridad de todos los españoles les va a acompañar siempre», aseguró Mariano Rajoy desde la sede de la Xunta, junto a un emocionado Alberto Núñez Feijóo, después de recorrer desde primera hora junto a las autoridades y los equipos de rescate el lugar del siniestro y de reunirse con algunos de los parientes de las víctimas y con heridos.
El jefe del Ejecutivo, santiagués de nacimiento, confesó que «este es el día del Apóstol más triste de mi vida» y prometió a los afectados «la mayor celeridad posible» a la hora de delimitar las causas del accidente y de concluir las trabajos de identificación de los fallecidos para minimizar en lo posible su angustia.
«Teñido de luto»
El presidente del Gobierno fue el primer responsable nacional en pisar Santiago, donde coincidió con el coordinador federal de IU, Cayo Lara, que también quiso estar cerca de las víctimas y que fue uno de los miles de ciudadanos que donó sangre para asegurar los mermados bancos hospitalarios gallegos. Pocas horas después siguió sus pasos el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que, al mediodía, había participado en Madrid en el minuto de silencio que se guardó ante las puertas del Congreso, idéntico al vivido en todos los municipios españoles y ante las sedes de los ministerios, gobiernos autonómicos y de las principales instituciones del Estado.
Don Juan Carlos y doña Sofía llegaron a la capital gallega a media tarde, donde fueron recibidos con aplausos en el aeropuerto, con el objetivo de transmitir en persona a las víctimas y sus familias el contenido de la carta que el Rey dio a conocer horas antes. Los Reyes, vestidos de luto, realizaron un viaje relámpago, con regreso a Madrid esa misma noche, para reunirse con las autoridades gallegas y visitar a los heridos por el descarrilamiento en el hospital Clínico de Santiago, donde están ingresados la mayoría.
El Monarca, a la salida del Clínico, destacó que «todos los españoles estamos unidos en este momento», alabó «la profesionalidad y la rápida reacción» de los equipos de emergencia y la generosidad de los voluntarios y abogó por «esclarecer» las causas de la «desgracia».
El jefe del Estado dijo en su carta previa que el suceso había conmovido y llenado «de dolor y tristeza» a la Familia Real y trasladó a los afectados «el más profundo cariño y toda la cercanía y solidaridad» de la Casa Real y del conjunto de la nación. Añadió que el «terrible» accidente «ha teñido de luto nuestro país y suscitado los sentimientos de pesar de toda la comunidad internacional, de cuyos dirigentes estoy recibiendo las más sentidas condolencias».
El luto cubrió el país en pocas horas. La Xunta decretó siete días de luto oficial en toda la comunidad, medida secundada por los ayuntamientos de Santiago y Vigo y la Diputación de La Coruña, y el Consejo de Ministros aprobará hoy un luto nacional de tres días, acordado también, entre otros, por el Gobierno de Asturias y el consistorio madrileño.
Los comunicados, concentraciones y muestras de cariño y dolor fueron generalizados y no se limitaron a las instituciones. Los ciudadanos salieron a la calle a las doce del mediodía en muchísimos centros de trabajo del país y las notas de apoyo alcanzaron a partidos, sindicatos, organizaciones empresariales y de consumidores, obispados, a la Federación de Comunidades Judías, a la Comisión Islámica de España y a una interminable lista de entidades y asociaciones de todos los sectores y ámbitos sociales.